Ariel “Pepe” Pianesi es reconocido, por propios y ajenos, por su manía de jugar siempre en un rol personal. Todos los ámbitos políticos salen con paraguas si Pianesi dice que el día va a estar despejado.
Por Emilia Guevara
Desde hace ya algún tiempo pero, principalmente en los últimos meses, Pepe Pianesi profundiza un comportamiento perjudicial, no solo para la política, también y más puntualmente con la Unión Cïvica Radical de Misiones. Rompió todos los canales de diálogo, no busca los concensos ni el debate, creyendo que esa es la forma de ser “opositor”: se olvidó de la importancia de conversar para poder construir.
En esta nueva ola de pianesismo, envió a su gente a atacar la legislatura en mayo de este año, también la casa de Carlos Rovira y del actual gobernador de la provincia, Hugo Passalacqua. En el afán por jugar a la individual pero sin recursos económicos que lo permitan, Pianesi se comió el presupuesto universitario para el ejercicio académico del 2024 de la Universidad Nacional del Alto Uruguay. Además, también hace uso indiscrecional de los recursos materiales de la Universidad y sus familiares nombrados tambien cuentan como recursos humanos que utiliza en cada campaña o actividad.
Ahora entendió que la ola de desestabilización de Milei es la que lo representa, su gente empuja toda carreta que vaya en contra del presidente sin hacer algún tipo de análisis, solamente por ser opositor a algo.
Militantes radicales creen que Pianesi no construye, solo resta. Todo aquello que no lleve agua a su propio molino (o candidatura del 2025), es algo a lo que no le va a atender el teléfono. Va siendo hora de que Pepe comience a hacerse a un costado, porque la política pasa por otro lado.