El fuerte ajuste aplicado por el Gobierno nacional y la escalada de precios en el rubro automotriz obliga a muchas personas a reducir al mínimo posible el uso de los vehículos o, en el peor de los casos, no utilizarlos.
Los altos costos de los repuestos, sumando a la mano de obra, generan un cuatro de situación preocupante. A modo de ejemplo, el servicio de cambio de correa y tensores, que habitualmente se realiza cada 50 mil kilómetros, promedia los 150 mil pesos en Posadas, siempre hablando de un vehículo de uso particular.
Los precios son muchos más elevados cuando se trata de una reparación y es necesario intervenir el motor. A eso se suma el mantenimiento frecuente de los mecanismos que sufren un desgaste permanente por el uso, como los sistemas de freno, tren delantero, cambio de aceite y filtros, entre otros.
A todo lo anterior se debe añadir el cambio de neumáticos, cuyos valores son muy elevados en Argentina, a tal punto que muchos automovilistas deciden cruzar la frontera y adquirirlos en Paraguay, donde los valores son considerablemente más bajos.
Finalmente, hay que considerar el abono de la póliza del seguro, la verificación técnica vehicular (VTV) (que semanas atrás sufrió un fuerte incremento y ya se paga 27.500 pesos en Misiones); el pago de patentes, que varía de acuerdo al modelo del vehículo, y toda la documentación necesaria para circular.