Falleció Adriana Aizenberg, emblemática actriz argentina de cine, teatro y televisión, dejando un legado artístico de más de seis décadas.
“Con profunda tristeza despedimos a Adriana Aizenberg”. Con estas palabras, la Asociación Argentina de Actores confirmó el fallecimiento de la primera actriz este lunes 29 de septiembre, a los 86 años. Su trayectoria en cine, teatro y televisión dejó una marca imborrable en la cultura nacional, y su compromiso como dirigente sindical la consolidó como un ejemplo para colegas y público por igual.
Nacida en Santa Fe en 1938, Aizenberg se afilió a la Asociación Argentina de Actores en 1964 y comenzó a construir una carrera que la convirtió en referente de varias generaciones. Formada bajo la guía de grandes maestros como Augusto Fernandes, integró el grupo fundacional ETEBA junto a figuras como Lito Cruz y Héctor Bidonde, y se destacó por su talento y disciplina.
El legado de Adriana Aizenberg
Su paso por el Teatro San Martín la llevó a interpretar obras emblemáticas como “Venecia”, “El violinista en el tejado” y “Seis personajes en busca de un autor”. En 2004, la Asociación Argentina de Actores y el Senado de la Nación la reconocieron con el Premio Podestá a la Trayectoria Honorable, un galardón que reflejó su enorme aporte al arte y la cultura argentina.
En cine, Aizenberg brilló en títulos como “Plata dulce”, y recibió elogios por su participación en “Mundo grúa” y “El abrazo partido”, donde su interpretación conquistó tanto a la crítica como al público. Su versatilidad le permitió pasar del teatro al cine y a la televisión, donde su vigencia permaneció intacta hasta los últimos años.
Entre sus roles televisivos más recordados se encuentran participaciones en “Poliladron”, “Vulnerables”, “Mujeres asesinas” y “Los exitosos Pells”. Más recientemente, su personaje Consuelo Salustri en la serie “El encargado” la mostró ante nuevas audiencias, consolidando su reconocimiento y dejando un legado artístico que trasciende generaciones.
Además de su labor artística, Aizenberg desempeñó un papel activo como dirigente sindical. Integró el Secretariado Mutual de la Asociación Argentina de Actores entre 1996 y 1998, destacándose por su compromiso con los derechos y la organización del sector. Su vida profesional y sindical refleja un equilibrio entre excelencia artística y responsabilidad institucional.
Con su partida, la cultura argentina pierde a una artista única, cuya obra y ejemplo permanecerán en la memoria del público y colegas que la admiraron durante más de seis décadas.