Ante una extasiada audiencia que colmó el estadio de River, Harry Styles completó en la noche del domingo las dos jornadas del paso por nuestro país del “Love On Tour”.
El espectáculo prescindió de una pomposa escenografía, un gran despliegue lumínico, pirotecnia o cualquier otro artilugio, por lo que la atención solo se centró en el protagonista de la velada, su banda y el impacto de las canciones.
En ese contexto, el carisma y magnetismo del ex One Direction, el gran desempeño de los músicos en escena y las melodías que obligaban como mínimo a mecer el cuerpo, apenas condimentado con unas modestas luces y pantallas, conformaron un irresistible cocktail en el que el pop tradicional se vio revitalizado.
Acaso la postergación de esta visita desde el 2020 por la pandemia de coronavirus fue el caldo de cultivo para que una suerte de histeria colectiva se apoderara del ambiente ante la mínima expresión ensayada por el artista británico, pero también es cierto que la oferta artística justificó la “harrymanía” manifestada desde temprano y a lo largo de todo el show.
Como no hay mal que por bien no venga, estas circunstancias permitieron que el joven artista llegara a la Argentina con un aclamado nuevo disco, “Harry´s House”, lanzado en mayo de este año, y casi la mitad del repertorio se basó en él.