Amar lo que está fuera del alcance de la mano y rechazar lo cercano, lo palpable. Con el correr de los años, los celulares generaron una notable dependencia en las personas. Lo distante -contacto que requiere un vínculo digital- supera en preferencia al encuentro íntimo, cercano y personal.
Para los especialistas, el teléfono móvil es una extremidad adicional del cuerpo humano. Sorprende. Y más aún si se tiene en cuenta que un usuario típico de teléfono móvil toca la pantalla más de 2.500 veces por día.