Hay dos áreas donde se sembraron las verduras, una se encuentra en el perímetro cerrado de los edificios donde están alojados los internos. Allí, los interesados en cultivar eligieron un espacio de tierra y hoy tienen lechuga, repollo, cebollita y perejil. Cada uno se encarga de cuidar a diario y regar las plantas, para que se desarrollen. La otra área de huerta está ubicada detrás del Penal, en una zona abierta, al que acceden algunos de los detenidos, que fueron seleccionados por el personal penitenciario. Este trabajo diario y la capacitación del interno, según la dirección, es una herramienta que le será útil en el momento que recupere su libertad.
En las huertas tienen, para ser cosechados en breve, lechuga, repollo, rúcula, perejil y cebollita de verdeo. El trabajo es coordinado por el personal de la prisión, quienes primero fueron capacitados en el laboreo de la tierra y cultivo de hortalizas.
Tarea coordinada
Las tareas en la huerta empezaron hace tres meses, aunque desde hace varios meses cuentan con el apoyo del IFAI y la municipalidad de Eldorado. “Primero fue para hacer el recupero del suelo del penal y después para realizar la huerta”, comentó el director del penal, Roque Benítez. Si bien esta experiencia ya se realizó en otras unidades carcelarias de la provincia, en la gestión de Benítez al frente del Penal III es la primera vez. “La idea surgió como una opción de integración y darle otra posibilidad al que se encuentra privado de su libertad. Por ahora, lo que buscamos es que la producción de la huerta vaya a la cocina del Penal”, afirmó Benítez.
En tanto, en la supervisión de las tareas en las huertas y coordinación de los grupos de trabajo se encuentra Fernando Meza, jefe de Régimen del Penal. Recordó que “se charló con los internos el año pasado para llevar adelante un trabajo de acción y lograr una mejor reinserción de los internos”.
Fue así que surgió esta posibilidad de hacer huertas dentro del predio carcelario. Lo que se busca es que “ocupen sus días trabajando la tierra”, comentó Meza.
Entonces decidieron aprovechar una superficie de tierra que estaba abandonada. “Con criterio de trabajo gestionamos los insumos y se propuso ocupar la mano de obra de los internos para poner a producir la tierra y autoabastecer a la unidad. Con esto, pensamos que lograríamos una mejor cantidad y calidad de los alimentos. Y más adelante la intención es colaborar con las demás organizaciones”, apuntó Meza.
El proyecto fue bien visto por varios detenidos, que se interesaron y comenzaron a trabajar. “Hay personas interesadas en recapacitarse, capacitarse y colaborar nuevamente con la sociedad. Entonces no fue difícil organizar los grupos de trabajos, porque hay quienes tienen ganas de trabajar. Incluso hay personas que vienen de trabajo en la chacra y ellos están muy entusiasmados”, explicó Meza.
Meza recorrió otras unidades carcelarias y realizó varias capacitaciones. A partir de esa experiencia, según Meza, surgió la idea de capacitar al personal para que tengan conocimiento sobre como llevar a cabo este tipo de trabajos. “El año pasado el ingeniero Amarilla brindó capacitaciones y los internos recibieron certificados. Los internos reciben la certificación de la oficina de empleo, un documento para conseguir un trabajo el día que salgan del penal”, agregó.
Ante la disponibilidad de tierra que tenía el Penal, el IFAI consideró viable el proyecto de la huerta y apoyó la iniciativa. El presidente del IFAI, Ricardo Maciel, recordó que “nos pusimos de acuerdo para poner en producción la tierra y abastecer el consumo del penal. También lo propusimos como actividad de inserción y terapia”.
El IFAI brinda los insumos para comenzar la huerta, como semillas, realiza la preparación de suelo y otorga asesoramiento técnico, tanto para el personal penitenciario como a los internos. “Gradualmente iremos incorporando el sistema de riego. En las próximas semanas entregaremos semillas de cultivos de verano, un tractor y rastra para la preparación de suelo”, adelantó Maciel. Para finalizar destacó: “estamos entusiasmados con este proyecto, ahora es incipiente pero ya vemos algunos resultados. Sumado a que hay mucho entusiasmo”.