China insiste en invertir en Tierra del Fuego: la puerta de entrada a la Antártida

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Crece la preocupación en círculos diplomáticos y militares acerca de las intenciones y reuniones de dirigentes del Partido Comunista chino con funcionarios de la provincia más austral de la Argentina.

El misterio de la estación espacial china en la provincia de Neuquén podría replicarse con la construcción de un puerto en la provincia más austral de la Argentina, puerta de ingreso a la Antártida que, hasta el momento, es resistido por los funcionarios de la administración de Alberto Fernández que tomaron nota de la preocupación de sus pares estadounidenses por los proyectos de expansión del Partido Comunista chino en lo que, usualmente, se ha conocido como “el patio trasero” de los Estados Unidos.

La jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, Laura J. Richardson, en abril pasado, advertía ante los medios de comunicación que “son instalaciones de un gobierno autoritario, que no deja que los argentinos accedan a ellas” y que, en definitiva, poco se sabe acerca de las actividades de los miembros de esa instalación neuquina.

Sin embargo, el embajador argentino en Beijing, Sabino Vaca Narvaja, y el gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, continúan afianzando relaciones con los dirigentes más importantes del Partido Comunista chino.

Recientemente, la empresa Shaanxi Coal Group anunció inversiones por 1.250 millones de dólares para abrir una planta de fertilizantes en la provincia argentina con el objetivo de abastecer al mercado interno y exportar los excedentes. Con esta inversión se mejorarán los puertos de Tierra del Fuego y se construirá una central térmica que abastecerá de energía a la planta.

Precisamente, una posible inversión de China en un nuevo puerto para Ushuaia representa la delgada línea roja que de traspasarse pondrá al país en el centro de una disputa estratégica entre las dos potencias.

La diplomacia estadounidense no cambió de opinión desde la época de Donald Trump. Estados Unidos continúa advirtiendo que las influencias de Rusia y China en la región son nocivas.

De hecho, el antecesor de la aviadora del ejército, general de cuatro estrellas, Laura J. Richardson, el almirante, Craig Faller, estuvo en el país en abril de 2021 y en Ushuaia hizo saber su inquietud por la “base china” a construirse en Tierra del Fuego.

La misma preocupación había planteado el funcionario del Departamento de Estado, Juan González a Alberto Fernández, motivo que llevó a la Casa Rosada a frenar las posibles inversiones en yenes y a realizar el puerto con moneda nacional.

A pesar de ello, el gobernador Melella expresó en redes sociales el pasado 19 de septiembre, “Tenemos varios desafíos y oportunidades de crecimiento gracias a nuestro posicionamiento estratégico. Somos la puerta de entrada a la Antártida, y el potencial de nuestros recursos naturales, debe ser acompañado con grandes obras de infraestructura, y ese es nuestro punto de encuentro”.

El posteo fue acompañado con la foto de la delegación china encabezada por el representante legal de Powerchina en Argentina, Tu Shuipin y una bajada que sostenía, “Seguimos afianzando los lazos de cooperación para el desarrollo de proyectos energéticos en Tierra del Fuego”.

Hechos que llevaron a la publicación francesa Intelligence Online afirmar que Shuiping Tu, un burócrata del Partido Comunista chino que reside en el país y representa a la empresa estatal asiática Hydro China Corp para toda Latinoamérica, realizó un lobby muy activo ante Melella y su equipo para intentar cambiar la posición del gobernador acerca de las inversiones chinas para construir un puerto que sirva de acceso a las embarcaciones de ese país que naveguen en el mar austral.

De esa manera, China poseería injerencia en un enclave estratégico, el Canal de Beagle, el paso marítimo entre Argentina y Chile y el lugar donde se tocan las aguas de los océanos Atlántico y Pacífico.

Esos temores, compartidos por la diplomacia de una gran cantidad de capitales occidentales, fueron puestos en blanco sobre negro por la general Richardson, “Este hemisferio, por el continente americano, nos pertenece a nosotros y a nadie más, y todos estamos, hombro con hombro, en esa causa común para proteger nuestro hemisferio de cualquier amenaza internacional”.

NA