Por orden del juez de Instrucción N° 2 de Posadas, Juan Manuel Montes, la Policía recuperó prendas íntimas de la víctima cuando iban a ser desechadas en el hospital.
El rápido accionar a la hora de aplicar el protocolo para casos de abusos fue clave para la obtención de evidencias, tras una violación perpetrada hace una semana en Concepción de la Sierra.
Es que antes de conocerse que la hemorragia que sufrió la víctima fue por un ataque sexual, fue atendida en el hospital de esa localidad, tras lo cual fue derivada a un centro asistencial de Apóstoles. Cuando decidió contar lo que le pasó, una comisión policial recuperó las prendas íntimas de la mujer en el primer lugar donde la asistieron, justo cuando estaban por ser desechadas. Esta prueba tiene mucho valor, teniendo en cuenta que las llevaba puestas al momento del abuso y podrían contener material genético del agresor.
Según consigna hoy el diario Primera Edición, desde ayer el caso pasó a manos del juez original de la causa, Miguel Ángel Faria, del juzgado de Instrucción N° 4 de Apóstoles, quien se reincorporó tras la feria y luego de ser subrogado por el magistrado Montes. Fuentes del caso indicaron que el único detenido por el hecho, un joven de 20 años, habría sido indagado a principios de esta semana, donde habría negado los cargos en su contra y notificado de que seguirá tras las rejas por el abuso.
En cuanto a la declaración de la víctima, una mujer de 35 años y madre de siete hijos, se supo que aguardan el alta médica.
Cabe recordar que el pasado jueves 26 de enero, a las 22:00, la víctima fue golpeada con un garrote en la cabeza y luego abusada sexualmente en una zona de monte ubicada a unos 50 metros de su domicilio, en Concepción de la Sierra. A esa hora salió a buscar leña para preparar la cena a sus hijos.
Debido al ataque, sufrió lesiones graves y fue internada en un nosocomio local, sin embargo, con el correr de las horas desmejoró su estado de salud por las abundantes hemorragias, por lo que fue derivada al hospital de Apóstoles. Al principio, la misma habría referido que el sangrado fue por causa de un “esfuerzo físico”, pero un obstetra que la atendió el sábado pasado en Apóstoles constató los signos de abuso, y recién allí la paciente se animó a romper el silencio. Se cree que la mujer no denunció el ataque quizás por temor a su integridad física y la de sus hijos, todos menores de edad.
Antes de perpetrar la agresión, el sospechoso la habría amenazado diciéndole “te voy a agarrar a vos y a tu hija (quien es menor de 17 años) y si no, las voy a agarrar a las dos”.
