El Ministerio de Salud de la Nación informó que hasta la semana epidemiológica 13 de 2023 (es decir hasta el 01/04) se notificaron en el país 28.235 casos de dengue, de los cuales 25.419 adquirieron la infección en la Argentina.
Al momento, la circulación de este virus se ha identificado en 14 jurisdicciones correspondientes a tres regiones: Región Centro (Buenos Aires; Ciudad Autónoma de Buenos Aires; Córdoba; Entre Ríos; Santa Fe); región NEA (Corrientes; Formosa; Chaco) y región NOA (Catamarca; Jujuy; La Rioja; Salta; Santiago del Estero y Tucumán).
En este sentido es oportuno señalar que el análisis de la situación implica que durante la semana epidemiológica 12 se registró un aumento de casos del 27,7% respecto de la semana anterior.
En tanto, en lo que refiere a fiebre chikungunya, se registran hasta el momento 915 casos de los cuales 348 adquirieron la infección en el país; 306 se encuentran en investigación y 261 adquirieron la enfermedad en el exterior. Al momento, la circulación de este virus se ha confirmado en 7 jurisdicciones: Buenos Aires; CABA; Chaco; Córdoba; Corrientes; Formosa y Santa Fe.
El dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura del mosquito del género Aedes, principalmente por Aedes aegypti. Cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona infectada por el virus dengue lo adquiere y luego de 8 a 12 días es capaz de transmitirlo a una persona sana a través de la picadura.
La fiebre chikungunya es también una enfermedad viral que, al igual que la mencionada anteriormente, es transmitida por la picadura de mosquitos Aedes infectados. Su nombre significa “aquel que se encorva” y refiere a la apariencia inclinada que adquieren algunas personas que lo padecen a causa de los fuertes dolores articulares que provoca.
Síntomas
En lo que respecta al dengue los síntomas son fiebre acompañada de uno o más de los siguientes síntomas: dolor detrás de los ojos; de cabeza; muscular y de articulaciones; náuseas y vómitos; cansancio intenso; aparición de manchas en la piel y picazón; sangrado de nariz y encías.
Ante un diagnóstico de dengue es preciso seguir las indicaciones del personal de salud y asistir a las consultas de seguimiento y control. Si al momento de disminuir la fiebre o en los días posteriores, alguno de los síntomas se agudiza, reaparece o se detectan síntomas nuevos (dificultad para respirar, dolor abdominal intenso, sangrado profuso de mucosas, irritabilidad a somnolencia, vómitos recurrentes), es pertinente realizar una consulta médica inmediata.
Por su parte, los síntomas de la fiebre chikungunya comienzan generalmente de 3 a 7 días después de la picadura del mosquito. El síntoma más común es la aparición repentina de fiebre, a menudo acompañada de dolor en las articulaciones. Otros síntomas que pueden aparecer son: dolor muscular; de cabeza; náuseas; fatiga y erupción cutánea. El fuerte dolor en las articulaciones por lo general dura unos pocos días, pero puede llegar a persistir durante meses, afectando la recuperación total y el regreso a las actividades cotidianas.
Por todo lo expuesto, ante la presencia de cualquiera de estos síntomas (tanto de dengue como de chikungunya) es muy importante realizar una consulta médica de manera temprana, no automedicarse y tomar medidas para evitar la picadura de mosquitos y de este modo impedir que sigan transmitiendo el virus.
Medidas de prevención de dengue y chikungunya
La principal forma de transmisión de estas enfermedades es por picaduras de mosquitos infectados. Es por ello que la medida más importante de prevención de dengue y chikungunya es la eliminación de todos los criaderos de mosquitos, es decir, de todos los recipientes que contengan agua, tanto en el interior de las viviendas como en sus alrededores (baldes; palanganas; tambores; portamacetas; bebederos; botellas retornables, etc.). Si los recipientes no pueden quitarse porque se usan de modo frecuente, debe evitarse el acceso del mosquito a su interior (tapando tanques, aljibes y/o cisternas, por ejemplo) o procurar que no acumulen agua dándolos vuelta; vaciándolos y cepillándolos frecuentemente, o bien poniendo los mismos al resguardo bajo techo. También es recomendable colocar tela mosquitera en las rejillas de desagües.
Es de destacar que el mosquito adhiere sus huevos a las paredes de los recipientes, por lo que además se refuerza que es clave que, además de cambiar el agua con frecuencia si no se puede eliminar los recipientes que la contienen, es necesario cepillar el interior de las paredes para eliminarlos.
Para evitar la picadura del mosquito se recomienda utilizar repelente siguiendo siempre las indicaciones del envase. Así mismo, se sugiere usar ropa de manga larga y colores claros. Para proteger a las y los bebés (que no pueden usar repelente), se deben colocar redes o tules sobre cunas y cochecitos. En relación al hogar, es importante disponer mosquiteros en puertas y ventanas y usar repelentes ambientales como tabletas, aerosoles (interior) o espirales (exterior).
La aplicación de insecticida mediante fumigación sólo sirve para eliminar mosquitos adultos siempre y cuando entren en contacto con el insecticida en el momento que es aplicado ya que el mismo no tiene poder residual y tampoco elimina formas inmaduras del mosquito (huevos, larvas y pupas); por lo que no es suficiente para controlar estas enfermedades si no se erradican los criaderos de nuevos mosquitos.
Por lo demás la fumigación está indicada sólo en situación de brote y bajo las indicaciones metodológicas de la normativa nacional vigente.