Juliana De Sa, madre de una adolescente de 13 años, denunció que su hija sufre bullying en el Instituto Adventista de Puerto Esperanza, colegio privado donde concurre, advirtiendo además que otra hija mayor ya habría sufrido el mismo tipo de acoso en dicha institución y hoy, ya en la facultad y con 21 años, aún le quedan secuelas de dicha persecución.
La mujer se animó a hacer visible su caso tras el trágico suceso de la muerte este lunes en Eldorado de una niña de 9 años, a causa de una intoxicación con cocaína, que dio un giro inesperado con un dramático audio grabado por su mamá donde acusó de bullying a la escuela donde asistía su pequeña en Garuhapé.
Describió que “yo notaba que ella usaba calzas durante todo el día, inclusive en pleno verano. Hasta que un domingo de mucho calor le dije que se ponga un short y que se saque la calza; y desde la otra pieza salió su hermano y me dijo ‘mamá, vos sos ciega o pelot…, ¿no ves que en la escuela que vos le mandas le hacen bullying y ella tiene las piernas cortadas?”.
Juliana agregó en su relato que en ese momento no se animó a hacer nada, ni a hablar en los medios, por miedo a lo que iban a decir, por la profesión de su marido, por no saber; “pero ahora otra vez está pasando lo mismo con mi hija de 13 años”.
“En una presentación de alimentación saludable que tenían que hacer a modo de teatralización, las propias compañeras eligieron a mi hija para hacer de la ‘gordita que comía mucho’, porque ella daba para el papel. Esto sucedió en la materia de Etica. Esto para que ustedes vean el nivel en que estamos y por qué después los chicos se suicidan”, contó muy angustiada.
“De esa forma lograron aislarla totalmente. Ella se tiene que quedar el 60 por ciento de la jornada sin hablar con nadie, sola y con miedo a acercarse a otros alumnos, por eso fue mi desesperación a la hora de viralizar el video”, remarcó.
Por último De Sa hizo un fuerte descargo sobre las instituciones que se encargan de dicho tema en el ámbito comunal y provincial, por no encargarse realmente de estos temas tan duros y sensibles.
“Padres, tengan mucho cuidado cuando sus hijos están encerrados en sus habitaciones; no les quiero asustar, pero mayormente están sufriendo. No están con el celular, están llorando”, remarcó.
Con información de Primera Edición