Como cada 29 de septiembre, se celebra el Día Mundial del Corazón en el que se busca reflexionar y repensar sobre qué hacemos para cuidarlo, como prevenir enfermedades cardiovasculares y también, la muerte súbita.
En Argentina hay una muerte súbita cada 15 minutos y la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en nuestro país, tanto en hombres como mujeres.
Además, el 80 por ciento de las muertes súbitas le ocurren a personas que no tuvieron síntomas previos, es decir que le sucede a personas aparentemente sanas, de forma imprevista.
Este porcentaje se relaciona también a los números que señalan en dónde ocurren las muertes súbitas: “El 70% de los casos se ocasiona en el hogar, en el trabajo, en clubes, en los campos de juegos deportivos, en lugares públicos e incluso en la calle y no en los hospitales, lo que ubica a los que no pertenecen a la comunidad médica como los primeros respondedores”, resaltan especialistas.
Ante esta estadística alta, es necesario tener desfibriladores en espacios públicos y que todas las personas puedan hacer RCP para salvar vidas.
En este sentido, el uso de desfibriladores triplica la posibilidad de vivir sin secuelas: “El 80% de personas que reciben RCP y desfibriladores sobreviven”.
En la Argentina rige la Ley 27.159 que establece que los lugares públicos y privados con concentración o circulación superior a 1.000 personas por día deberán contar con al menos un desfibrilador automático externo (DEA). A pesar de que se reglamentó en 2022, “no se cumple y nadie lo controla”.
Una explicación contundente es por ejemplo que en un incendio muere 1 de cada 1.000 personas, pero por fallas en el corazón fallecen 1 de cada 5. Es decir, la muerte por problemas cardiovasculares es 200 veces mayor.
NA