El buque escuela, que retorna de un viaje de instrucción de cinco meses, quedó sin poder acceder al puerto porteño por una huelga sorpresiva y que no está claro cuánto durará.
Hoy a las 5:15 debería haber sonado el toque de diana en la Fragata que hubiese despertado a toda la tripulación. A partir de ese instante, los marinos iban a disponer de media hora para alistarse y entrar en operaciones para luego ingresar al puerto después de 5 meses de viaje de instrucción. Pero nada de eso sucedió.
El paro del Sindicato de Remolcadores decretado en la noche del viernes quedó firme y la esperanza de los 362 oficiales y sub oficiales se desvaneció. La Fragata Libertad, emblema de la República Argentina, quedó varada a 27 millas náuticas de la Ciudad de Buenos Aires, unos 50 kilómetros.
En este viaje, el número 50, la Fragata recorrió 40.800 kilómetros y entró en 11 puertos de América y Europa, pero quedó varada a las puertas de la Ciudad por cuestiones que mayormente solo ocurren en la Argentina.
Se esperaba que la Fragata toque tierras nacionales este sábado a las 9:00 de la mañana. Pero quedó varada frente a las costas de La Plata, así como los familiares de los marinos que vinieron de todo el país a recibirlos quedaron entramados en Buenos Aires.
Anoche se cortó el suministro de agua de las duchas: comenzó el racionamiento. La Fragata tiene un sistema de potabilización del agua que es controlado por una bioquímica a bordo, pero se determinó que en este sector del río (estamos a la altura de La Plata) eso no iba a ser posible.
No está claro cuánta agua queda disponible, pero el consumo a bordo es importante (por la pandemia se embarcaron dos comisiones de guardiamarinas) y es probable que pronto empiece a escasear.
El sistema de creación de agua potable succiona agua del río o del mar para potabilizarla, pero aquí la profundidad del río es baja y según los expertos eso ocasiona problemas con los filtros. En pocas palabras, no funciona.
Cientos de madres, padres, hermanos, novias y novios de los oficiales y suboficiales que vinieron de todas partes del país para recibirlos a las 9 de la mañana en Puerto Madero quedarán a la deriva.
Es que muchos vienen desde lejos. Provincias como Salta, Jujuy, Tucumán o Misiones son las que más marinos aportan al país. Algunos de ellos esperaban en Buenos Aires desde hace unos días. Pero muchos viajaron toda la noche del viernes para ahorrar el alojamiento.
Ayer a la madrugada los marinos intentaban comunicarse desesperadamente con ellos, pero la baja conectividad lo hacía muy difícil. Otra pesadilla.
Desde Punta Alta, partió ayer un micro charter lleno de familiares. Es que esa ciudad es una verdadera cantera de oficiales y suboficiales por su cercanía a la Base Naval Puerto Belgrano que está en Bahía Blanca.
De esa manera, los familiares de los marinos puntaltenses consiguieron bajar los costos del viaje. Pero ahora están varados en Buenos Aires y deberán de hacerse de más recursos que quizás no dispongan para esperar en la ciudad hasta no se sabe cuándo.