Por cálculos renales, otorgaron prisión domiciliaria al hombre que mató a garrotazos a Angélica Ramírez

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La decisión del beneficio fue firmada por los jueces Viviana Cukla, Gustavo Bernie y Ángel Cardozo sin tomar en cuenta los informes en sentido contrario del Servicio Penitenciario Provincial y la opinión fiscal. Está condenado a perpetua por el femicidio de Angélica Ramírez, adolescente de 14 años asesinada a garrotazos en Puerto Rico.

“Se presenta con cara de Papá Noel encubierto y mató a Angélica Ramírez como a un perro que no se quiere, con cuatro garrotazos y asfixiándola contra el suelo, haciéndole tragar tierra”. La afirmación corresponde a la entonces fiscal del Tribunal Penal 1, Liliana Mabel Picazo, quien el 17 de noviembre de 2014 solicitó la pena máxima de la Justicia argentina para Ademar Francisco Bourscheid (62), por el femicidio de una niña de 14 años, cometido dos años antes en una cuneta de la avenida Pionero Kuhn en Puerto Rico.

Nueve años y casi dos meses después, los jueces del mismo tribunal (dos de ellos nuevos en la función) lo beneficiaron con prisión domiciliaria en la vivienda de un hermano en Puerto Rico.

La resolución de Viviana Gladis Cukla, Gustavo Arnaldo Bernie y Ángel Dejesús Cardozo (uno de los que lo sentenció en 2014) fue notificada en noviembre pasado y, según los informes del Servicio Penitenciario Provincial, no coincide con los estudios realizados por los profesionales de la institución quienes además afirmaron que los problemas de salud de Bourscheid, en un riñón, hipertensión y una artrosis leve en una rodilla, pueden ser tratados bajo el cuidado de la Unidad Penal III de Eldorado, donde fue alojado para cumplir el veredicto.

Sobre este último punto, una fuente penitenciaria contextualizó: “Cumpliendo su condena en la colonia penal de Eldorado tendría asistencia médica inmediata si se agrava cualquiera de sus dolencias”.

Otro dato, tal vez “curioso”, es que en noviembre de 2022 el abogado de Francisco Bourscheid solicitó el beneficio y los informes del SPP fueron idénticos, pero el Tribunal no emitió ninguna decisión hasta un año después. Con una variante, hace poco más de un año, el fiscal del Tribunal Penal 1, Martín Alejandro Rau emitió su opinión formal de rechazar el beneficio basado en los estudios socioambientales y de salud de Bourscheid.

Juicio del año

El lunes 17 de noviembre de 2014, el Tribunal Penal 1 ante la sala de usos múltiples del Palacio de Justicia llena, declaró al brasileño nacionalizado argentino Ademar Francisco Bourscheid (entonces de 53 años) autor penalmente responsable del delito de “homicidio calificado por alevosía” (artículo 80, inciso 2 del Código Penal Argentino) a la única pena prevista para esta calificación: prisión perpetua.

Bourscheid fue detenido dos años antes y pocos días después del hallazgo en una cuneta de la avenida Pionero Kuhn, de Angélica Ramírez. Una niña-adolescente de 14 años que salía de jugar al hockey en el playón deportivo del barrio San Francisco de Puerto Rico alrededor de las 20 del 27 de septiembre de 2012.

La cabeza destrozada a garrotazos, con una rama de pino, picada por hormigas y con la ropa rota como evidencia de un intento de abuso sexual.

La sangre de “Angie” Ramírez se halló en la suela de una zapatilla de Bourscheid (el 3 de octubre de 2012 cuando allanaron su vivienda y fue aprehendido), entre otras pruebas y testimonios que ubicaron al repartidor de pan, minutos antes del ataque, estacionado a pocos metros de uno de los accesos a Puerto Rico.

Bourscheid fue juzgado durante doce audiencias en 2014, todas las pruebas fueron debatidas, hasta se solicitaron investigaciones por “falso testimonio” a testigos que variaron su relato respecto a la instrucción del expediente y que intentaron favorecer al encartado.

La pesquisa del caso fue realizada por un cuerpo de investigadores de la Dirección Homicidios, Unidad Regional IV y la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas del Superior Tribunal de Justicia.

La labor científica fue contundente con la confirmación del ADN de la víctima en contacto con su victimario.

“La gente en Puerto Rico se resiste a entender que un gringo asesinó a una criolla, a una negrita”, enfatizó la fiscal Picazo para despejar del recinto las sospechas infundadas de complot y hasta mensajes “desde el más allá” que llegaron por carta al tribunal durante el juicio.

Con información de Primera Edición