El mercado local depende en un 80% de la importación. Las empresas que traen productos a la Argentina están en alerta por la medida, pero también por el cupo disponible.
El Gobierno sorprendió esta semana con una medida sobre algo tan crucial para el trabajo y la educación como las computadoras portátiles. Decidió elevar de 0% al 16% el arancel de importación de cuatro clases de este producto y del 0% al 2% el de las tablets. La decisión generó preocupación por el futuro de los precios de estos productos, que ya son bastante más elevados si se compara a la Argentina contra otros países.
El Gobierno justificó la decisión en el Boletín Oficial por el “impacto económico y social” de la industria nacional de equipamientos informáticos portátiles. El problema es que, actualmente, solo el 10% de las notebooks se producen a nivel nacional. El resto es importado y con cupos a cuentagotas.
En 2022 se importaron 787.948 notebooks. De ese total, 711.914 ingresaron terminadas y el resto se ensamblaron en la Argentina, señala Sebastián Novoa, de International Data Corporation (IDC). “Si el 2023 se diera la misma dinámica de ingresos, el arancel afectaría al 90% del mercado”, sigue, y suma que “históricamente” el porcentaje de participación entre producto terminado y ensamblado en la Argentina no supera el 22% si no se tiene en cuenta el segmento educativo.
Las compañías que importan productos recibieron la noticia con preocupación, aunque algo resignados porque el escenario actual no es el mejor. Sucede que, desde que entró en vigencia el régimen de importaciones SIRA, en octubre pasado, el volumen de computadoras importadas cayó alrededor de un 70%, según IDC.
Juan Martín, gerente general de Lenovo Argentina, Centroamérica y Caribe, apunta: “Si bien es muy pronto para dimensionar los efectos de las nuevas medidas anunciadas respecto a los aranceles de importación sobre las computadoras portátiles, nos preocupa el impacto en el mercado y en los precios”.
“Desde la empresa, más allá de las imposiciones arancelarias, nos preocupa el tema de fondo, que es el escaso cupo disponible para atender la demanda del mercado”, añade Martín.
Novoa suma su análisis: “El decreto pareciera beneficiar en mayor medida a las empresas que ensamblan cerca de los centros urbanos y no tanto a las que se sitúan en Tierra del Fuego, que tiene otros beneficios y dinámica”.
Según datos del sector de producción local, la mayor parte de las computadoras se produce entre Capital Federal, Gran Buenos Aires y Córdoba.
Hay cuatro grandes compañías que fabrican. PC Arts, que produce Bangho, Lenovo y Asus en sus plantas de Córdoba, Vicente López y Parque Patricios (Distrito Tecnológico); Newsan, que produce la marca ASUS en su planta de Campana.
También dentro de ese grupo están BGH, que produce Vaio y Positivo BGH (joint venture con Positivo Tecnología, empresa líder de tecnología en Brasil), en su planta de Carlos Spegazzini y finalmente Mirgor, que produce tablets marca Samsung y que anunció que fabricará notebooks en su planta de Garín.
Novoa añade otra pista. “A nivel externo, los precios están cayendo en notebooks por la baja global en esta industria por menor demanda de equipamiento tanto en el consumidor como en empresas. Se observan precios más agresivos por liquidaciones de inventario internacionalmente”, por lo que se puede haber acelerado la decisión del arancel por este motivo, aunque en la Argentina aún no se verifica una reducción fuerte en los valores por los problemas de importación.
TN