Por lo menos siete personas murieron y otras 25 resultaron heridas, ocho de ellas de gravedad, en un tiroteo el jueves por la noche en una iglesia de Hamburgo (norte), en un centro de los Testigos de Jehová, informó la Policía de la ciudad alemana.
Según la Policía, el tiroteo tuvo lugar en un centro de los Testigos de Jehová en la calle Deelböge, en el distrito de Gross Borstel. Hasta el momento, no están claras cuáles fueron las razones que motivaron el ataque e hicieron estremecer a la nación europea.
Se envió una alerta de “peligro extremo” en la aplicación de advertencia federal, NINAwarn, que alrededor de las 21 (hora local) informaba a los habitantes que “uno o más perpetradores desconocidos dispararon contra personas en una iglesia”.
A los residentes cercanos se les dijo que no abandonaran sus hogares en medio de la operación en curso. “Busque refugio en un edificio de inmediato. Solo use el teléfono en emergencias extremas para que las líneas no colapsen”, pidieron las autoridades.
El alcalde de Hamburgo, Peter Tschentscher, escribió en Twitter: “Los informes de Alsterdorf/Gross Borstel son impactantes. Mi más sentido pésame a las familias de las víctimas. Los servicios de emergencia están trabajando a toda máquina para localizar a los perpetradores y esclarecer los hechos”.
Fundados en el siglo XIX en Estados Unidos, los testigos de Jehová se consideran herederos del cristianismo primitivo y basan su credo únicamente en la Biblia.
El estatuto de la organización varía en función del país: se ubican al mismo nivel que las “grandes” religiones en Austria y Alemania, figuran como “culto reconocido” en Dinamarca y como “confesión religiosa” en Italia. En Francia, numerosas ramas locales disponen del estatuto de “asociación de culto”.
Ataques de jihadistas y la extrema derecha
Alemania se vio sacudida por varios ataques en los últimos años, tanto por parte de jihadistas como de activistas de extrema derecha.
Entre los ataques más mortíferos cometidos por islamistas se encuentra el atropello masivo con un camión en un mercado navideño de Berlín en diciembre de 2016, cuando murieron 12 personas. El atacante tunecino, un solicitante de asilo fallido, era partidario del grupo Estado Islámico.
La nación más poblada de Europa aún es un objetivo para los grupos jihadistas, en particular debido a su participación en la coalición anti-Estado Islámico en Irak y Siria.
Entre 2013 y 2021, el número de islamistas considerados peligrosos en el país se había multiplicado por cinco hasta llegar a 615, según datos del Ministerio del Interior. Pero Alemania también se ha visto afectada por varios ataques de la extrema derecha en los últimos años, lo que provocó acusaciones de que el gobierno no estaba haciendo lo suficiente para acabar con la violencia neonazi.
En febrero de 2020, un extremista de extrema derecha mató a tiros a 10 personas e hirió a otras cinco en la ciudad de Hanau, en el centro de Alemania. Y en 2019, dos personas murieron después de que un neonazi intentara asaltar una sinagoga en Halle en la festividad judía de Yom Kippur.
La Nación