Lula debió cancelar su primer acto oficial por motivos de seguridad, mientras que Bolsonaro volverá a la ciudad donde fue acuchillado en 2018. Se elegirán también gobernadores y diputados.
La campaña electoral en Brasil comienza este martes con el expresidente Lula da Silva como favorito para los comicios del 2 de octubre en los que, además de presidente, se elegirán gobernadores y diputados estaduales y federales.
A partir de este martes y hasta el 1 de octubre, víspera de la primera vuelta de las elecciones, los candidatos a ocupar alguno de los cerca de 600 puestos que están en juego ya pueden pedir el voto y comenzar con su propaganda electoral.
Los dos principales contendientes por la Presidencia de Brasil, el ya citado Lula y el presidente, Jair Bolsonaro, han optado por lugares simbólicos para iniciar la campaña. Este último volverá a Juiz de Fora, en el estado de en Minas Gerais, lugar en el que fue apuñalado en 2018 cuando se presentó a las elecciones.
Por su parte, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) tenía previsto acudir a dos fábricas en San Pablo por la mañana, una situada en el municipio de Sao Bernardo do Campo, que ha tenido que ser cancelada por motivos de seguridad, y ya por la tarde a la de Volkswagen.
Lula mantiene el favoritismo
Lula parte como principal favorito para unas elecciones, cuyas encuestas lo colocaron siempre por delante desde que recuperara sus derechos políticos tras la anulación de sus condenas por corrupción. Sabedor de ello, Jair Bolsonaro intensificó sus ataques al sistema electoral, intentando sembrar la duda sobre la fiabilidad de las urnas electrónicas.
En la última encuesta de la consultora Ipec, Lula vencería en la primera vuelta con el 44% de los votos, muy por delante del 32% que vaticina lograría Bolsonaro. Ciro Gomes, el candidato del Partido Laborista Brasileño (PDT) es la tercera opción, con un 6%; mientras que Simone Tebet, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB) recabaría un testimonial 2%.
El sondeo muestra que Lula es la opción favorita entre los jóvenes y las personas con menos recursos económicos, además de contar con especial predilección entre los electores de noreste de Brasil; mientras que a Bolsonaro lo votan más hombres adultos, evangélicos y aquellos de rentas más altas.
En el previsible escenario de una segunda vuelta entre ambos, las cifras de intención de voto de Lula suben hasta el 51%, frente al 35% que lograría Bolsonaro. A su vez, se estima un 9% de voto nulo o en blanco, mientras que un 5% asegura no saber a quien dar su apoyo.
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