En una nueva escalada entre Moscú y Occidente, el gobierno de Joe Biden impuso represalias en respuesta al anuncio de Putin; la asistencia de Washington a Ucrania llegó casi a US$17.000 millones
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, condenó la anexión de Rusia de cuatro provincias de Ucrania, dijo que Occidente no se intimidará por la última ofensiva de Vladimir Putin y prometió defender “cada pulgada” de la OTAN, en una contundente respuesta a Moscú que terminó por coronar una nueva escalada en el enfrentamiento de la Casa Blanca y el Kremlin por el conflicto en el este de Europa.
“Estados Unidos y sus aliados no se dejarán intimidar, no se dejarán intimidar por Putin y sus palabras y amenazas atolondradas. No nos asustará ni nos intimidará”, dijo Biden en la Casa Blanca.
Biden habló luego de la pomposa ceremonia en el Kremlin en la cual Putin firmó la anexión ilegal de las provincias de Donetsk, Lugansk, Kherson y Zaporiyia en el este de Ucrania con un mensaje incendiario en el que volvió a lanzar una amenaza velada de usar armas nucleares al prometer que usará “todos los medios” para defender los nuevos territorios anexados.
“Estados Unidos nunca reconocerá esto y, francamente, el mundo tampoco lo reconocerá. no puede apoderarse del territorio de su vecino y salirse con la suya, tan simple como eso”, afirmó Biden. “Estados Unidos está completamente preparado con nuestros aliados de la OTAN para defender cada pulgada del territorio de la OTAN. Entonces, señor Putin, no malinterprete lo que estoy diciendo. Cada pulgada”, cerró.
Respuesta
Biden reaccionó así a la anexión decretada por Putin de las provincias prorrusas en el este de Ucrania, un territorio de unos 65.000 kilómetros cuadrados –similar al de la provincia de Córdoba en la Argentina– que, para Moscú, pasarán a formar parte de Rusia. Estados Unidos, sus aliados en Europa y el secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, denunciaron la ofensiva como una movida ilegal. La escalada promete abrir una etapa más beligerante en la guerra. En 2014, Putin ya había anexado Crimea.
Al condenar el último desafío de Putin a Occidente, Biden prometió continuar su apoyo a los esfuerzos de Ucrania para recuperar el control de su territorio fortaleciendo su poderío militar y diplomático. Su gobierno anunció nuevas sanciones, y días atrás lanzó un nuevo paquete de asistencia militar por US$1100 millones. El Pentágono ha motando además un comando especial abocado exclusivamente a Ucrania mientras Washington y sus aliados se ponen en alerta ante la eventualidad del peor escenario inimaginable: una guerra nuclear.
Desde enero de 2021, Estados Unidos ha invertido casi US$17.000 millones en asistencia de seguridad a Ucrania, una muestra del compromiso “firme y duradero”, en las palabras del gobierno de Biden, de Washington con la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. La gran mayoría de esos fondos se despacharon este año luego de la invasión ordenada por Putin. Desde 2014, Estados Unidos ha proporcionado más de US$ 19.000 millones en asistencia a Ucrania, según información del Departamento de Estado.
A la par de la condena, Estados Unidos amplió las sanciones a Rusia, una nueva escalada en el choque entre Occidente y Moscú que se desató con la invasión rusa a Ucrania a principios de este año, y que, lejos de ceder, parece haber ingresado en una nueva fase más confrontativa.
El gobierno de Joe Biden amplió las represalias contra el Kremlin y Bielorrusia a través de una nueva batería de sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro, el Departamento de Estado y el Departamento de Comercio, en la primera respuesta de Washington a la anexión ilegal de las provincias ucranianas.
“Estados Unidos y nuestros aliados y socios están imponiendo costos rápidos y severos dirigidos a funcionarios gubernamentales rusos adicionales, sus familiares, funcionarios militares rusos y bielorrusos y redes de adquisiciones de defensa, incluidos los proveedores internacionales que apoyan el complejo militar-industrial de Rusia”, dijo el secretario de Estado, Antony Blinken, en un comunicado.
“También estamos emitiendo una advertencia clara respaldada por los líderes del G7: haremos rendir cuentas a cualquier individuo, entidad o país que brinde apoyo político o económico a los intentos ilegales de Rusia de cambiar el estatus del territorio ucraniano”, agregó.
Las sanciones
Las nuevas sanciones están dirigidas a funcionarios y líderes gubernamentales rusos, sus familiares, funcionarios militares rusos y bielorrusos, y las redes que respaldan las defensas rusas, incluidos los proveedores internacionales que apoyan el complejo militar de Rusia.
Con las nuevas medidas, el gobierno de Biden dijo que busca enviar una clara advertencia del gobierno de Estados Unidos y los socios del G7: habrá costos para cualquier individuo, entidad o país que brinde apoyo político o económico a Rusia como resultado de sus intentos ilegales para capturar parte del territorio ucraniano, indicaron fuentes oficiales.
La batería de sanciones desplegadas por Washington y sus socios occidentales ha buscado asfixiar al Kremlin e imponer un castigo por la invasión de Rusia a Ucrania de principios de este año. Aunque las sanciones han tenido un lógico impacto sobre la economía rusa y la economía global, han tenido un impacto nulo en disuadir a Putin de continuar su ofensiva militar. De hecho, la anexión de las cuatro provincias del este de Ucrania y el desafiante discurso que brindó Putin en Moscú marcaron una notable escalada en el conflicto.
El Tesoro sancionó a 14 proveedores internacionales del ejército de Rusia, 109 miembros adicionales de la Duma, y 169 miembros del Consejo de la Federación de la Asamblea Federal de la Federación Rusa.
El Tesoro incluyó además en la llamada “lista negra” a Elvira Sakhipzadovna Nabiullina, Gobernadora del Banco Central de la Federación Rusa (CBR) y exasesora de Putin, y Olga Nikolaevna Skorobogatova, primera vicegobernadora del CBR. El Tesoro y el Departamento de Estado también sancionaron a los familiares de los miembros del Consejo de Seguridad Nacional de Rusia, como la esposa y los dos hijos adultos del primer ministro ruso Mikhail Mishustin, y la esposa y los hijos adultos del ministro de Defensa, Sergei Kuzhugetovich Shoigu.
El Departamento de Estado también está imponiendo restricciones de visa a Ochur-Suge Mongush, por una grave violación de los derechos humanos perpetrada contra un prisionero de guerra ucraniano y 910 personas, incluidos miembros del ejército de la Federación Rusa, oficiales militares bielorrusos y representantes de Rusia que violan la soberanía de Ucrania.
La Nación