Por el contrario, antecedió a nuevos choques, a más militarización y a la salida de otra ministra, Sandra Belaunde, quien este miércoles renunció a Producción.
“La exigencia de los dirigentes es que la presidenta renuncie y la presidenta no quiere renunciar”, le dijo al medio Télam el politólogo Roger Santa Cruz, en referencia a por qué no se le ve futuro a la “tregua” que, sin especificaciones, planteó la mandataria en conferencia de prensa.
Santa Cruz destacó que Boluarte no intentó ningún mea culpa. Al contrario, insistió en que las protestas son financiadas por la minería ilegal y el narcotráfico y que algunos muertos han sido asesinados con armas bolivianas, versión sobre lo que hasta ahora no se dado ninguna prueba.
Apenas terminó la presidenta su planteamiento, en varias ciudades se reactivaban las movilizaciones que empezaron el 7 de diciembre y que, en el caso de Lima, la ciudad más reticente a sumarse, completan ya una semana sin descanso.
Todo empezó con la destitución por el Congreso del presidente Pedro Castillo, quien previamente intentó disolver el Parlamento y decretar un Estado de excepción sin apoyo popular ni militar, que abortó con una reacción que puso al frente a la vicepresidenta Boluarte, proveniente de la izquierda como su antecesor.
Fuente: Télam