Una madre se infiltró en una banda de explotación sexual para rescatar a su hija

0
91

La red, que delinquía a las afueras de Bogotá, reclutaba a sus víctimas, algunas de ellas menores de edad, en bares, a través de redes sociales y en colegios.

Un grupo familiar señalado de captar jóvenes para inducirlas a realizar actividades sexuales con fines de lucro fue desarticulado en Colombia esta semana con la ayuda de la madre de una de las víctimas, quien logró infiltrarse entre los criminales y salvar a su hija, de 19 años.

La joven terminó convertida en esclava sexual tras conocer a un hombre en un bar de Bogotá, que la convenció de vincularse a una supuesta empresa de eventos con la promesa de que ganaría mucho dinero. Sin embargo, se trataba de un negocio en que creaban un perfil en una comunidad virtual a las mujeres que engañaban, ofrecían sus servicios sexuales y las trasladaban a varios municipios a las afueras de la capital colombiana para cumplir con encuentros íntimos a la fuerza, explica la Fiscalía General de la Nación.

Según relató la madre de la víctima a Noticias Caracol, inicialmente su hija fue obligada a tener sexo con dos de sus captores. Luego le tomaron fotografías desnuda para publicarlas en Internet, donde era comercializada como dama de compañía, y la encerraron en un apartamento en el municipio de Mosquera, Cundinamarca, donde había entre 8 y 10 jovencitas en la misma situación. Los criminales les advertían que no podían salir solas y que solo podían comunicarse con sus familias en su presencia. Eran obligadas a mantener relaciones sexuales con numerosos hombres en un solo día.

Meses después de intentos fallidos de encontrar a su hija, la mujer se infiltró en un chat de la banda y contactó a sus miembros con el propósito de desenmascararlos. Se ganó su confianza y organizó una fiesta familiar a la que los invitó, y en la cual pudo fotografiarlos y captarlos en video para que más adelante fueran identificados.

La madre pudo descubrir la ubicación exacta de su hija y procedió a denunciar a los traficantes de personas a la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN). La joven fue rescatada exitosamente y los investigadores se infiltraron en la red, descubriendo la situación que vivían muchas otras mujeres, algunas de ellas menores de edad, reclutadas no solo en bares, sino a través de redes sociales y en colegios de Bogotá.

Una redada realizada esta semana en Mosquera permitió la captura de una mujer, su esposo y su hijo, y un cuarto individuo, todos acusados de integrar la banda de explotación sexual. Tres de los detenidos fueron enviados a prisión y la única mujer capturada fue dejada en libertad.