El balotaje francés entra en la recta final con zancadillas y agresiones

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Son los abstencionistas y los indecisos los que decidirán las más inquietantes elecciones francesas. Una campaña de balotaje agresiva como nunca y con el “Voto Republicano” en crisis dominan un escenario donde los sondeos demuestran que el candidato de “En Marcha”, Emmanuel Macron, gana pero baja su apoyo y Marine Le Pen, que ya no representa al Frente Nacional (FN) sino a los “Patriotas” en su último intento de parecer moderada, sube pero pierde. La última encuesta de ayer de Kantar Sofres One Point da 59% de intención de voto para Macron y el 41% para Le Pen en esta segunda vuelta. Una preocupación se extiende.

El equilibrio lo darán aquellos que hoy no quieren votar ni a uno ni a otro (Ni-Ni) y prefieren quedarse hasta ahora en su casa y los que aún no se han decidido. “En marcha”, la resurrección de un Voto Republicano, que se ha perdido, en medio de la cólera ciudadana por la economía, el desempleo y el miedo al futuro. Una frustración que está siendo aprovechada por el Frente Nacional.

A cinco días del histórico 7 de mayo, los franceses presenciaron un duelo de inusual violencia en el Día del Trabajo en los dos grandes últimos actos de campaña de Marine Le Pen y de Emmanuel Macron. Ella eligió Villepinte, en la comuna de Seine Saint Denis, para desafiar al “candidato de las finanzas”, “la marioneta de Hollande” y exigirle que anuncie su primer ministro, luego de que ella eligiera al gaullista Nicolás DuPont Aignan para coptar el voto de los ultracatólicos y los fillonistas. Macron fue al Paris Event Center de la Villete para conquistar el Voto Republicano, a los indecisos, a los “ni ni”, cuando hay emergencia electoral.

Traje azul, sonrisa permanente -“grosera”, como la define Macron- Le Pen se lanzó en su última demostración de fuerza a tratar de imponer un clima de triunfo asegurado, frente a un candidato “que patina”.

“(El presidente François) Hollande nos quiere imponer su pollito”, dijo Le Pen. “Y el espectral (François) Fillon, su nuevo mejor amigo”, agregó. Y comenzaron las descalificaciones a Macron, una tras otra. “El “winner auto proclamado” porque Macron celebró su triunfo en la primera vuelta. “El fiestero de La Rotonde”, la brasserie parisina, donde lo celebró. “El candidato titular que vamos a hacer salir”, “En marcha o morir”. Si uno cerraba los ojos, era Jean Marie Le Pen, su padre, echado del partido para que el FN parezca otra cosa, quien hablaba. El mismo tono, igual oratoria. Otro público: clase media furiosa.

“El adversario del pueblo siempre es el mundo de las finanzas. Pero esta vez tiene un nombre, una cara, un partido. Hagan una barrera a las finanzas, a Macron”, pidió Marine. Enterró la salida del Euro y era una moderada europea.

Emmanuel Macron se lanzó a la conquista de los indecisos y de los abstencionistas, a su estilo, en un blindado salón de La Villete. “No la silben, combátanla. Háganla perder el domingo”, desafió Macron, sin mencionarla. “El 7 de mayo será ella o nosotros. Tenemos entonces una enorme responsabilidad,” dijo el candidato de “En Marche”. “Eso que se juega es el futuro de nuestra sociedad, es nuestra vida juntos”, arengó.

La mezcla social en el salón. Blancos, negros y familias musulmanas. Chicas con el velo islámico y camiseta militante con “Emmanuel presidente” aplaudían al candidato, envueltas en la bandera europea. Macron promueve una Francia “unida”, “reconciliada” a través de la educación y la escuela, en un país cargado de tensiones con el Islam.

“Madame Le Pen quiere sacar a Francia de Europa y del mundo y de la historia”, atacó Emmanuel Macron.

El candidato de “En Marche” sabe que el temor a un triunfo del Frente Nacional crece porque un mito se ha roto. El Voto Republicano, de resistencia al FN, está en estado de extinción. Hoy no todos se asustan de Le Pen, como en 2002. Su ausencia ha comenzado a inquietar al país.

En las últimas 48 horas, los “Ni Ni” saben que en sus manos está el futuro. Por eso Jean Luc Mélenchon, con 7 millones de votos en la primera vuelta, pidió a Macron “un gesto”: el retiro de las reformas de la ley de trabajo a sus electores. ¿Su sueño? Ser su premier en un gobierno de cohabitación. Macron se negó. Un 40% de los “Insumisos” podrían abstenerse.

“El 7 de mayo muchos votarán por mí para no ver al Frente Nacional. Yo les quiero expresar mi respeto”, dijo. “Mi combate es también para que ustedes puedan, mañana, expresar sus desacuerdos. Entonces es el combate que mañana hará posible vuestro combate, sin aplastarlo, sin negar su parte de diferencia, pero justamente para que sea posible”.

Con o sin Voto Republicano, el 7 de mayo será un referéndum, a favor o en contra del Frente Nacional. ¿Hasta cuándo?

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