El socialismo español elige a su nuevo líder en las urnas

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Profundamente dividido, el Partido Socialista español (PSOE) acudía hoy a las urnas para elegir a su nuevo líder y el rumbo político que tomará la centenaria formación, de lo que dependerá la estabilidad del gobierno minoritario de Mariano Rajoy.

Casi 188.000 militantes estaban convocados a acudir a los más de 2.900 centros de votación en toda España, que abrieron a las 3 de la madrugada hora argentina. A partir de las 18 empezará el conteo de las papeletas para determinar quién será el nuevo secretario general del PSOE, entre la presidenta regional de Andalucía, Susana Díaz, el ex secretario general Pedro Sánchez y el que fuera presidente del País Vasco, Patxi López.

Tras una agria campaña, llegan como favoritos Díaz y Sánchez, que preconizan dos planteamientos diferentes para el futuro de la principal formación opositora del país, gobernado en minoría por el Partido Popular conservador de Mariano Rajoy.

Las boletas con los nombres de los tres candidatos. EFE

El ex secretario general busca dar un giro hacia la izquierda y ser una alternativa al PP incluso pactando con los centristas de Ciudadanos y con Podemos, el partido que quiere arrebatar a los socialistas el liderazgo de la izquierda española.

Más moderada, Díaz rechaza cualquier negociación con Podemos y defiende un PSOE fiel a su tradición, que sólo dependa de sí mismo para volver a ganar elecciones.

La presidenta andaluza y candidata a la Secretaría General del PSOE, Susana Díaz. EFE

En juego está la estabilidad del gobierno, ya que hasta ahora el PP ha sacado varias leyes con apoyo del PSOE, pero si éste empieza a hacerle una oposición sistemática, el Parlamento se vería bloqueado y el país tendría que volver a las urnas, según los analistas.

“Si gana Pedro Sánchez, va a hacer prácticamente imposible gobernar”, indicó un ex asesor del partido.

“Habíamos perdido el rumbo desde hace tiempo y tenemos una oportunidad para unirnos. (…) A partir de mañana, hay que serenarse y hacer política nacional”, indicó Arturo Rivero, un jubilado de 71 años que votó por Susana Díaz en una oficina del PSOE en el barrio de Moncloa, en el oeste de Madrid.

“La socialdemocracia en Europa está viviendo momentos muy críticos”, cuando “es necesaria ante experimentos populistas que están teniendo éxito”, estimó Arturo, de 53 años, quien votó por Sánchez en la oficina con retratos de los dos ex presidentes de gobierno socialistas: Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero.

“La idea es que salga de todo esto un partido unido. Tenemos que estar preparados para recomponer el partido”, estimó este empleado de una empresa petrolera.

Los dos principales candidatos, Díaz y Sánchez, pero también López (un aspirante en un alejado tercer lugar que propugna acabar con la polarización) se comprometieron por igual a lograr la unidad socialista.

El ex secretario general del Partido Socialista, Pedro Sánchez. EFE

“A partir de mañana hay que levantar al PSOE, porque somos la alternativa de gobierno en este país y comienza la cuenta atrás para volver a ganar la confianza mayoritaria de los ciudadanos”, dijo tras votar en Sevilla Díaz, aspirante de 42 años apoyada por el aparato del partido.

“La gran responsabilidad es unir a la organización y canalizar esta corriente de ilusión” de los socialistas, dijo por su lado Sánchez, un economista madrileño de 45 años, autoproclamado como “el candidato de la militancia”.

La militancia se fracturó ante la decisión que tomó el PSOE en octubre: facilitar un gobierno en minoría del PP, tras dos descalabros electorales consecutivos.

El candidato a secretario general del PSOE Patxi López vota en las primarias socialistas en Portugalete (Bizkaia). EFE

Entonces secretario general, Pedro Sánchez se opuso a esa estrategia hasta el final pero fue obligado a renunciar ante una rebelión interna fomentada por dirigentes que temían otro batacazo en las urnas.

La división en el PSOE es oro síntoma de la crisis de la socialdemocracia en Europa. En Francia, el candidato Benoît Hamon no pasó de la primera vuelta de las presidenciales, y en Grecia, el Pasok fue menos votado que un partido neonazi en 2015.

En España, la competencia al PSOE le vino desde el centro, con Ciudadanos, y sobre todo con Podemos, liderado por Pablo Iglesias.

Para mostrarse como la alternativa en la oposición y por “una obligación moral” ante los escándalos de corrupción del PP, Podemos presentó el viernes una moción de censura contra Rajoy, aun cuando el propio Iglesias reconoció que la iniciativa “no va a prosperar” en el Parlamento por falta de apoyos.

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