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Ecuador es el miembro más pequeño de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que reporta una producción en 2015 de 543.000 barriles diarios. Esto supone la mitad de las exportaciones de un país con 4.000 millones de barriles de reservas probadas.
Es el primer exportador de banano del mundo, y también importante productor de café y cacao, atún y flores, otro codiciado producto de exportación.
La bonanza petrolera de los últimos tiempos le permitió un crecimiento económico sostenido hasta 2014 y reducción de la pobreza, que pasó del 36,7% en diciembre de 2007 al 22,9% a fines de 2016, según cifras oficiales, en gran parte como consecuencia de amplios planes sociales implementados por el gobierno de Rafael Correa.
Pero la caída de los precios del crudo, la apreciación del dólar y la devaluación de las monedas de sus vecinos Colombia y Perú (que han hecho que Ecuador pierda competitividad) lo han golpeado. Desde 2014, el país ha debido endeudarse para seguir financiando sus proyectos de salud y educación para los sectores más necesitados. Hoy arrastra un importante déficil fiscal.
El año pasado, el PBI de Ecuador sufrió una contracción del 1,7%. Para este año, el FMI prevé un retroceso del 2,7%, y el Banco Mundial, de 2,9%, aunque el gobierno saliente de Correa afirma que el país ya está mostrando signos de despegue y pronostica para este año un crecimiento cercano al 1,4%.
El desempleo y, sobre todo, el empleo informal, es otro problema que no se ha logrado vencer. La desocupación se ubicaba en diciembre de 2016, según cifras oficiales, en el 5,2% y el subempleo, en 19,9%.
Ante este escenario, los dos candidatos que mañana disputarán la presidencia proponen modelos opuestos: el oficialista Lenín Moreno representa la continuidad de un sistema que combina un enorme gasto social con altos impuestos y que ha llevado a un elevado endeudamiento. El ex banquero Guillermo Lasso, al que el gobierno vincula con la crisis financiera que expulsó del país a millones de ecuatorianos en 1999, es partidario en tanto de reducir el gasto en 5.000 millones de dólares, fomentar la inversión extranjera y bajar los impuestos para estimular el consumo y la producción nacional.
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