Ocultó una tarjeta de memoria en el recto para mostrar el infierno de su secuestro en Sudán

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La cadena británica Channel 4 recientemente estrenó un documental sobre el infierno que pasaron dos periodistas secuestrados en Sudán. El reportero británico Phil Cox y su traductor Daoud Hari fueron retenidos, encadenados, torturados y encarcelados en la región de Darfur después de que fueran a investigar si las fuerzas de seguridad habían usado armas químicas contra la población civil.

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Phil Cox estuvo encadenado una semana durante su cautiverio, e inclusive así pasó el día de Navidad.

Cox y Hari cruzaron la frontera con Sudán en diciembre de 2016 y a los pocos días fueron secuestrados por milicianos armados en las montañas de Jebel Marra. Sus raptores iban armados con fusiles AK-47 y los dejaron encadenados a un árbol en el desierto durante una semana, un tiempo en el que sufrieron golpes y vejaciones.

Después de ese primer secuestro pasaron a otras fuerzas gubernamentales sudanesas, que los metieron en una cárcel, donde permanecieron seis semanas junto a otros detenidos defensores de los derechos humanos.

Amnistía Internacional (AI), que fue quien lanzó los informes sobre las armas químicas, criticó con dureza el trato a los periodistas. “Durante casi dos meses estuvieron encerrados y fueron torturados sólo por hacer su trabajo. Los sometieron a palizas y descargas eléctricas, les privaron deliberadamente de oxígeno y los sometieron a simulacros de ejecución”, denunció Muthoni Wanyeki, directora regional de AI en África Oriental.

Durante el cautiverio, Phil Cox logró grabar en video cómo era su infierno. Consiguió engañar a los secuestradores para que se filmaran a ellos mismos con la cámara. Protegió el material audiovisual cada vez que grababa algo nuevo escondiendo la tarjeta de memoria dentro de su calcetín. Con el paso de los días fue consiguiendo nuevo material más valioso y, como tenía miedo a que le quitaran la tarjeta, decidió protegerla aún más. La envolvió con un trozo de plástico y se la introdujo en el ano.

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Cox filmó a sus captores haciendo todo tipo de actividades. / (captura de YouTube).

“Era incómodo, pero manejable. Le dije a mi compañero lo que había hecho. Él me miró y sacudió la cabeza (…) A lo largo de los golpes saqué fuerzas para aguantar. La tarjeta de memoria metida en mi recto contenía más de un mes de imágenes. De alguna manera saber eso me dio fuerzas para soportar las humillaciones, descargas eléctricas y golpes”, relató Cox en el diario The Guardian.

Gracias a las gestiones de los gobiernos de Estados Unidos y el Reino Unido, Hari fue puesto en libertad el 18 de enero pasado y Cox recuperó la libertad el 1 de febrero. Fueron a investigar las denuncias de violaciones de los derechos humanos en Sudán y acabaron siendo víctimas de un infierno.

Cox logró filmar su cautiverio y escaparse con el material, gracias a que colocó una tarjeta de memoria en su ano. / (Captura YouTube)

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Las imágenes de esa tarjeta de memoria sirvieron para que la cadena Channel 4 News emitiera un documental en dos partes de lo ocurrido con los periodistas en Sudán. Un viaje al horror de Cox y Hari mezclado con confesiones de los implicados y reconstrucciones con ilustraciones.

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