Asesinó a su novia menor de edad y luego se disparó en la cabeza

0
52

El presunto femicida había estado siete meses detenido luego de que su suegra lo denunciara por haber amenazado a su hija con un arma.  El agresor está internado con muerte cerebral.

La ciudad santiagueña de Fernández todavía continúa conmocionada por el brutal femicidio de una adolescente de 16 años a manos de su novio, de 23, quien se disparó en la cabeza luego de cometer el crimen.

El hecho ocurrió el domingo por la noche en una vivienda del paraje Suri Pozo, una zona rural de la ciudad de Fernández ubicada a 45 kilómetros de la capital provincial. Allí, llegaron Gustavo Santillán y Agustina Ibáñez, una pareja que mantenía una relación tóxica: se habían separado en 2021 y habían vuelto a salir unos meses atrás.

Él había estado siete meses detenido luego de que la madre de ella lo denunciara por haber amenazado a su hija con un arma y había quedado en libertad pero con medidas de restricción. Luego de un tiempo comenzaron a verse nuevamente y ocurrió el hecho.

La madre del presunto femicida fue quien se acercó hasta la comisaría para informar que su hijo estaba teniendo problemas con su pareja y les dio a los policías la dirección en la que podían estar. Cuando la Policía llegó al lugar, Ibáñez ya estaba muerta y Santillán se encontraba gravemente herido.

El joven de 23 años fue trasladado en una ambulancia al Centro de Salud Banda, donde ingresó en grave estado con un disparo en la cabeza. Luego de unas horas, el parte médico confirmó que se encuentra con muerte cerebral.

Por su parte, el informe preliminar indica que Agustina Ibañez recibió un único impacto de bala en la cabeza -todavía resta el resultado completo de la autopsia- y los investigadores encontraron un revólver calibre 32 en la escena del crimen que será peritado en las próximas horas.

La fiscal de la Unidad de Violencia de Género e Intrafamiliar de La Banda, María del Pilar Gallo, detalló a la agencia Télam que el femicidio sucedió en una vivienda que recién se estaba construyendo. “Sólo era una pieza, en una zona montuosa, no había vecinos, ni colindantes, ni al frente, por lo que no hemos podido entrevistar a nadie en la zona”, explicó.

Gallo, quien trabaja en el caso junto a con efectivos de la División Homicidios y Delitos Complejos Banda, también detalló que el terreno donde se estaba construyendo pertenecía a la familia de la adolescente y no a la del agresor.

TN