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Un joven fue detenido acusado de haber asesinado a un hombre durante un robo en su casa de Aldo Bonzi en febrero pasado, y los investigadores llegaron a él porque le confesó el crimen a un amigo durante una charla telefónica que hizo con el celular que le había robado a su víctima.
La detención del sospechoso, identificado como Cristian Ezequiel Ferrea Brito (27), estuvo a cargo de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de La Matanza, cuando visitaba a su novia en una casa en la calle Homero al 1300, en Ingeniero Budge.
El homicidio por el que fue detenido Ferrea Brito ocurrió el pasado 12 de febrero en una vivienda ubicada en la calle Cocharane al 1700, en Aldo Bonzi, de La Matanza, y en la que vivía la víctima, Juan Argento (58).
Una de las claves para llegar a la detención del imputado fue una serie de escuchas en las que el sospechoso admitió haber cometido el asesinato, informaron fuentes policiales.
En una charla realizada desde el teléfono celular de la víctima, el detenido le dijo a un amigo: “Dejé un muerto, boludo… lo maté, qué voy a hacer, le fui a robar y lo maté”.
?Le dí un par de cañazos, el gil se quiso parar de mano y lo apuñalé todo? agregó el sospechoso en esa conversación.
Además, por medio de las escuchas pudo determinarse que el sospechoso tenía pensado visitar la casa de su novia, en donde finalmente fue detenido.
Otros elementos que tuvieron en cuenta los investigadores fueron las imágenes de las cámaras de seguridad donde se observó el ingreso del imputado a la casa de la víctima y su posterior fuga con la cara ensangrentada y con dos valijas.
Argento fue encontrado desnudo en el suelo del living, con una remera alrededor del cuello, heridas cortantes en distintas partes del cuerpo, y junto a él, una tijera y unos candelabros ensangrentados.
El resultado de la autopsia reveló que la muerte de Argento se produjo por asfixia mecánica y que las heridas punzantes se habían realizado con la tijera encontrada, además de haber recibido golpes.
Los peritajes en el lugar del crimen determinaron que la víctima había mantenido un forcejeo con su asesino y que además faltaban objetos de valor como un equipo de música, la billetera y el teléfono celular de Argento.
Desde el celular de Argento, el delincuente realizó una llamada por error al primo y socio de la víctima el día del crimen, lo que alertó al familiar y le pidió a la sobrina que vivía en la planta alta de la vivienda, que se acercara a la planta baja para corroborar el estado de Argento.
Los pesquisas de la seccional 4ta. de La Matanza y los peritos habían detectado un foco ígneo, indicativo de que quién cometió el asesinato intentó prender fuego la vivienda para borrar evidencias, lo que finalmente no logró.
Además se estableció que en la casa no había puertas ni aberturas forzadas, que había signos de lucha, numerosas huellas y rastros y que el atacante había huido con las llaves de la casa.
Una de las primeras hipótesis había sido que se trataba de un crimen cometido por alguien vinculado al ambiente de ?taxi boys?, pero esto fue descartado por los investigadores.
Ayer Ferrea se negó a declarar ante el fiscal a cargo de la causa, José Luis Maroto, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) temática Homicidios, del Departamento Judicial de La Matanza.
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