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Las vacaciones son tiempos de relax en los que muchos terminan gastando más de la cuenta. Este verano, que tuvo récord de viajes afuera, todo se acentuó. Y ahora, ante resúmenes de tarjeta impagables, fue más la gente que pidió préstamos personales para saldar la deuda.
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Cuentan en bancos como el Santander Río y el HSBC que en febrero y marzo, cerca de 1 de cada 4 préstamos personales se pidieron para refinanciar deudas. Es porque permiten evitar el pago mínimo y afrontar el gasto en plazos más largos (hasta 72 meses) y a menor costo que con el plan de la tarjeta, donde hay tasas del 42% en plazos de hasta 24 meses.
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Para Mariano Otálora, director de la Escuela Argentina de Finanzas Personales, la jugada puede convenir si así se logra un costo financiero total (CFT) menor, pero advierte que luego la persona debe ajustar bien sus gastos para no volver a caer en lo mismo, “lo que le causaría una bola de nieve inmanejable”.
“Antes de sacar un préstamo -aconseja-, hay que comparar ofertas de muchos bancos. Más allá de las tasas nominales que muestran (TNA), el mejor será el que tenga el CFT más bajo, porque ese valor representa todos los gastos que traerá, incluyendo impuestos y seguros.”
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