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Hace cinco años que Cicinio Cardozo (46) llegó a la villa 1-11-14, huyendo de Brasil, para montar su propia ruta narco con avionetas para traer droga desde Paraguay, su país natal, y distribuirla en redes de la Ciudad y el Conurbano. Pero no bajaba el cargamento en ciudades fronterizas, como es habitual. La banda operaba en General Belgrano, Navarro, Junín, General Arenales, General Viamonte y Lincoln, en el interior de la provincia de Buenos Aires.
Los narcos usaban aeronaves fumigadoras para buscar caminos rurales que se convertían en sus pistas clandestinas para aterrizar y descargar la marihuana sin ser detectados, una vez por semana, a sólo 100 kilómetros de la Capital Federal. Esperaban que hubiera feriados, partidos de fútbol importantes o eventos convocantes para pasar desapercibidos. El viernes cayó Cardozo y toda la organización después de una investigación de 18 meses y 6 mil horas de escuchas telefónicas.
En el operativo detuvieron a 10 personas (seis de ellos paraguayos) y secuestraron media tonelada de marihuana recién traída de Asunción. También incautaron tres aviones usados para entrar la droga y organizar la logística.
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La investigación se inició en octubre de 2015 por una denuncia de venta de droga en Chacabuco. Intervino la Justicia federal y la Delegación Junín de la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas de la Bonaerense, pero encontraron una red detrás del menudeo.
Creen que en 2016 la banda concretó más de 30 viajes para traer cargamentos de marihuana desde Asunción. El viernes último, el juez Federico Villena, subrogando a su par de Junín, autorizó 18 allanamientos en Chacabuco, Lanús, Esteban Echeverría, la villa 1-11-14 y Zona Norte.
Banda narco en el aeródromo de Navarro.
El operativo se bautizó “El Señor de los Cielos”, el apodo con el que se conoció al capo narco mexicano Amado Carrillo Fuentes, muerto en 1997 y líder del denominado Cártel de Juárez.
Lejos del mexicano, Cardozo cayó cuando más necesitaba el cargamento. Es que desde septiembre que no podía proveer de droga a sus conexiones en el país porque la avioneta que solía utilizar para traerla no estaba en condiciones de volar. En Paraguay empezaban a creer que algo pasaba y le cuestionaban la demora. “Estaba semi fundido, no tenía más margen”, confiaron los investigadores.
Para retomar la ruta, la banda compró un Cessna 182 que costó US$ 80 mil e invirtió otros tantos miles de pesos para arreglarlo. En febrero y marzo sufrieron dos accidentes y casi estrellan la aeronave por fallas mecánicas mientras intentaban apurar su vuelta el ruedo. El argentino que la reparaba no quiso llevarla hasta Asunción para traer la droga por su mal estado. Por eso el jueves un piloto paraguayo llegó desde Asunción y se hospedó en un hotel de la ciudad de Buenos Aires. Tenía el pasaje de vuelta: venía con el tiempo necesario para ir y venir con el cargamento y regresar a Paraguay en un vuelo comercial.
Banda narco en el aeródromo de Navarro.
“Aprovechaban el feriado para esconderse entre el movimiento del fin de semana”, dijeron fuentes del caso.
El avión lo guardaban en el aeroclub de Navarro, en el hangar de un argentino que reparaba los aviones y que “estaba al tanto de los movimientos de la banda”, creen los investigadores. Tenía una empresa de fumigación y sobrevolaba los campos buscando caminos rurales con poca circulación para poder aterrizar el Cessna y le vendía la información a la banda.
El viernes, el avión aterrizó en un camino vecinal a 15 kilómetros de General Belgrano en el que estaban Cardozo, su sobrino, su cuñado y cuatro cómplices en tres autos. Descargaron 533 panes de marihuana, unos 450 kilos equivalentes a más 64 mil dólares, y los distribuyeron en los vehículos. Allí los interceptó la Policía y los capturó.
En paralelo, en el aeroclub de Navarro estaban esperando al piloto y detectaron otro auto “haciendo tareas de satélite”, que estuvo recorriendo la zona entre las 7 y las 18, hasta que aterrizó. Allí detuvieron al piloto y a los dos cómplices, entre los que estaría el dueño del hangar y de la empresa de fumigación que usaban como pantalla.
Cicinio Cardozo llegó al país en 2012, después de que la Justicia brasilera lo detectara traficando droga allí, con el mismo modus operandi que en Argentina y con la aeronave que usó hasta el año pasado. Escapó y se refugió en la villa 1-11-14. “Su casa es una de las mejores de la villa, pero ahí era un señor. No hacía nada, se escondía y pasaba desapercibido“, contaron los investigadores a Clarín. Y agregaron: “No podía traficar de otra manera y por eso buscaba zonas alejadas, del interior de la Provincia, la metodología ya la trajo de Brasil”.
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Según fuentes del caso, con el Cessna tardaban unas 24 horas en ir hasta Paraguay y regresar con la droga. Para no detenerse en otras ciudades y minimizar los riesgos, cargaban combustible en vuelo con un sistema de bombeo desde bidones que estaban adentro. “Eran muy precarios los aviones, era un peligro lo que hacían. Pero era más rápido que traerla en camiones”, confiaron.
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