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Once días de misterio. Once días de angustia. Es el tiempo transcurrido hasta hoy desde que fue vista por última vez con vida la adolescente tucumana Daiana Garnica, de 17 años. “Necesito que me acompañes a comprar una sorpresa para mi mamá. Esperame en el refugio, pero no le cuentes a nadie”. Ese fue el contenido del mensaje que le envió Darío Suárez (40) a la chica antes de que ambos salieran de sus respectivas casas en el barrio Abraham, en la localidad de Alderetes. Este hombre quedó detenido en las últimas horas como principal sospechoso junto a otras nueve personas, la gran mayoría de su entorno familiar, todas acusadas de encubrimiento.
El caso conmociona a la Provincia y los investigadores creen que Suárez violó a la víctima, la asesinó y la quemó en un horno. La búsqueda de Daiana llevó a los investigadores a dos “cortadas” de ladrillos, lugares donde se hornean esos elementos de construcción, y donde trabajaba Suárez. Según testigos, éste debía iniciar el fuego en el lugar para trabajar el domingo 7, pero lo vieron cumpliendo esa tarea el sábado 6 a la noche, es decir el mismo día en que desapareció la chica.
De entre los restos de cenizas que había en el negocio se encontró un pequeño trozo de metal que, según algunas versiones, sería de acero quirúrgico y podría tratarse del piercing que tenía la chica. Sin embargo, fuentes de la investigación aclararon que faltan los estudios de laboratorio para determinar si realmente es ese elemento.
El abogado de la familia de la joven, Sergio Pérez, señaló que “podría ser un arito de Daiana, ella tenía un piercing encima de su boca, pero aún no se confirmó. Lo que sabemos es que no se quemó por ser de acero quirúrgico”. Este pedazo de metal se suma a otras piezas encontradas en el lugar, presumiblemente dentales, que están siendo analizadas por los investigadores.
Hay que tener en cuenta que un horno ladrillero puede alcanzar temperaturas de entre 900 y 1.000 grados centígrados y un horno crematorio tiene una temperatura de entre 900 y 980 grados.
Desaparecida. Daiana Garnica, de 17 años. Creen que la mataron.
Peritos consultados indicaron que las piezas dentales no desaparecen aún ante la presencia de altas temperaturas. Además, el hierro se funde a más de 1.500 grados.
La adolescente de 17 años salió el pasado 6 de mayo de su casa en el vecino municipio de Alderetes, vecino a la capital tucumana.
Daiana estaba con su madre tomando mate cuando recibió un mensaje de Suárez para que lo acompañara a comprar un regalo, pero le pidió que no le dijera nada a nadie. Ese fue el último momento en que la vieron con vida.
Pérez, según lo que sospechan los investigadores, habría abusado de la chica para luego matarla y deshacerse del cuerpo en la “cortada” donde trabaja. Para ello debe haber contado con colaboración. El fiscal Claudio Bonari lo imputó por “privación ilegítima de la libertad seguida de homicidio”.
Rastrillaje. La Policía también buscó el cuerpo entre malezas. LA GACETA
Además, fueron detenidos su amigo Fabián “Sapo” Pacheco y el dueño de la ladrillera, Juan Matar. También, los hermanos de Suárez, César y Miriam; su esposa, Yanina Villarreal; su cuñada Elena; su suegra, Juana Rosa Funes; su prima María Castro y una presunta amante del sospechoso, Carmen Santana. Todos están acusados de encubrimiento.
Desde el entorno familiar de Daiana se negó la versión de que habían recibido amenazas para que dejaran de marchar y hablar del caso. Anoche realizaron una protesta para reclamar por la aparición de la chica.
Pese a que la principal hipótesis es el crimen tras la violación, también trascendió que se investiga una posible red de trata de personas. Asimismo, se conoció que está en estudio un video de unos de los hospitales más importantes de la provincia donde presumiblemente se vería a la joven, aunque las imágenes son anteriores a su desaparición.
Suárez es santiagueño y tiene seis hijos. Vive enfrente de la casa de los Garnica. El sábado pasado declaró ante el fiscal Bonari durante tres horas y negó que haya matado a la adolescente.
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