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Araceli Fulles (22) solía disfrutar mucho de sus amigos y de pasar tiempo con su familia. Sus conocidos la describen como “una chica feliz, muy pila y generosa”. Tras una desesperada búsqueda de 25 días, su cuerpo fue hallado ayer en una casa de José León Suárez, partido de San Martín.
El cuerpo de la chica estaba semienterrado en una casa que ayer fue allanada ayer por segunda vez.
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Mientras planificaba retomar sus estudios, Araceli solía compartir mucho tiempo con su mamá. “Ma, estoy yendo para allá, prepará unos mates”, le dijo por WhatsApp el 2° de abril, cerca de las 7 de la mañana. “Bueno, hija, voy a comprar unas facturas”, le contestó la mujer. “Bueno vieja, te amo”, le dijo ella. Fue la última conversación que tuvieron.
Según relataron testigos, la noche anterior a su desaparición la joven había compartido una cena con amigos. Pero a las 2 de la madrugada recibió un llamado y se retiró.
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Los encuentros con amigos eran un hábito repetido. En el último video que subió a su perfil de Facebook se la ve compartiendo un asado con varias personas. En las imágenes se escucha de fondo una canción de Callejeros, una de sus bandas de rock preferida. “A tu suerte siempre restale una duda. A esa duda, una posibilidad…”, canta Patricio Fontanet, y ella lo imita.
No era su única pasión: también le gustaba la música del Indio Solari y había estado en su último recital, en la ciudad bonaerense de Olavarría. Además le gustaba ir a ver a River, un amor que llevaba tatuado en la piel.
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En video Araceli recorre el patio de la casa mientras filma con su celular lo que hacen sus amigos. Se trata de “El negro Batata”; el “Peter” de San Martín, el “Gordo” y Flavia. También Araceli tiene su apodo. Para los amigos era “La negra” o “La morocha”.
Otra actividad reciente en su perfil de Facebook había llamado la atención de los investigadores. El 19 de marzo había publicado una imagen en la que mostraba una profunda herida en una pierna, a la que ella había definido como “una puñalada de 9 puntitos”. Luego de que varios amigos le preguntaran qué le había pasado, dejó una respuesta enigmática: “Fue en Moreno, es un enfermo el tarado”.
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