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El fiscal José María Campagnoli afirmó hoy que hay “un sinnúmero de pruebas” contra el comisario general José Pedro Potocar, detenido por el presunto cobro de coimas a comerciantes y “trapitos” del barrio porteño de Núñez.
En declaraciones a radio Mitre y TN, el titular de la fiscalía de instrucción de Núñez-Saavedra confirmó que “en el escritorio” del ex jefe de la comisaría 35°, Norberto Villarreal, prófugo desde noviembre, se halló un cuaderno con pruebas contundentes.
El fiscal José María Campagnoli descartó que la investigación contra Potocar sea parte de una interna policial. (Pedro Lázaro Fernández)
Consultado sobre las especulaciones sobre una interna política y policial detrás de la investigación, Campagnoli descartó que la causa sea parte de una “opereta” y aseguró que Potocar no “está procesado por hacer bien su trabajo”, sino “por lo que no hizo”. Y agregó: “Nosotros empezamos esta investigación porque hubo una sospecha de zona liberada y en el caso de la financiera que asaltaron terminaron procesados policías”.
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Además, el fiscal aseguró que “algunos” de los imputados en la causa por corrupción policial han tenido “un crecimiento patrimonial que posiblemente determine a futuro una acusación” .Consultado sobre si se refería a los comisarios José Pedro Potocar y Susana Aveni, ambos detenidos, el funcionario judicial dijo que “sería irresponsable” decirlo ya que todavía “es necesario reunir más pruebas”.
“Hemos hecho las averiguaciones de campo que se pueden hacer. Estamos todavía procesando información que nos han mandado de la UIF (Unidad de Información Financiera) y otras entidades”, explicó Campagnoli.
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Para los investigadores, Potocar era un eslabón importante de la organización dedicada a recaudar. “No sólo fue connivente frente al funcionamiento de esta estructura, sino que promovió su instauración, brindó la protección que un sistema permanente de corrupción como éste ineludiblemente requiere y lo blindó ante posibles detractores internos a través del uso arbitrario de mecanismos administrativos”, según figura en el expediente.
La causa tiene siete detenidos. A Potocar, que en el momento del hecho que se investiga era titular de la Dirección General de Comisarías; y a Susana Aveni, jefa de la Circunscripción VII, se le suman dos subcomisarios, dos sargentos, un suboficial y un cabo. Entre ellos estarían los presuntos cobradores, identificados por los apodos de “Cachorro” y “Gusano”.
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En sus declaraciones radiales, Campagnoli confirmó que las principales evidencias que involucran a Potocar figura un cuaderno secuestrado en la oficina del comisario Villarreal, prófugo desde noviembre. Allí, aseguran los investigadores, se llevaba la cuenta del dinero recaudado. Las dos fuentes principales de ingresos eran los comerciantes, que pagaban desde 2.000 pesos por mes para tener seguridad privilegiada, y los “trapitos”, que abonaban unos 500 pesos por semana. Otra parte de la plata surgía del cobro de horas adicionales que no eran trabajadas.
El cuaderno secuestrado llevaba anotadas las siglas “DGC”, que para los investigadores refieren a la Dirección General de Comisarías, y el número 4. La hipótesis es que ese número correspondía a la suma de 4.000 pesos destinados a esa dependencia. En el expediente también hay testimonios de agentes involucrados que apuntan contra el desplazado jefe de la Policía de la Ciudad.
Ayer, tras presentar un escrito, Potocar quedó detenido en el edificio Centinela de Gendarmería. Su abogado pidió su excarcelación.
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