[ad_1]
“Febrero fue nuestro peor mes”, aseguran en la Casa Rosada. La oposición había retomado la iniciativa en la calle, la discusión sobre los contratos del Correo echaban un manto de sospechas sobre la transparencia de la gestión, la economía estaba estancada y las subas tarifarias ponían presión. Esta semana el escenario pareció repetirse: marchas, discusiones políticas profundas, y la ratificación de una denuncia contra el jefe de la AFI, quien es amigo del Presidente. “Pero mayo no es febrero, estamos en una posición totalmente distinta”, dicen sin embargo en los despachos más cercanos a los de Mauricio Macri.
La ecuación de esta semana, puesta en números, sería: 2×1 + 2,6 + 10 x 850.000. En otras palabras, el fallo de la Corte sobre la prisión de represores, el repunte de la inflación y la declaración de un testigo brasileño que terminó con la reapertura de la causa por corrupción contra Gustavo Arribas.
El impacto político del fallo de la Corte Suprema alcanzó al Gobierno, aunque lo nieguen. Quizás pesó la primera declaración de un funcionario sobre el tema, el secretario de Derechos Humanos, Gustavo Avruj, quien a poco de conocerse la resolución dijo: “Estoy de acuerdo con el 2×1 de la Corte si el fallo está ajustado a la ley”. Todo el Gobierno, inclusive el Presidente, tuvieron que salir luego a poner distancia sobre la resolución judicial. Pero las encuestas que circulan sobre el tema señalan que la población cree que el Poder Ejecutivo tuvo injerencia en el tema. Y eso preocupa a los funcionarios.
Ese fallo generó una aglutinación en la oposición. La convocatoria a la marcha el miércoles fue la expresión más relevante. Desde la Casa Rosada miraban la Plaza de Mayo y decían: “Fue un acto tranquilo, sin ataques directos a nosotros, no le apuntaron a Macri”. Esa era una diferencia, señalan, respecto a la cadena de movilizaciones que arrancaron el 7 de marzo con el acto de la CGT frente a la secretaría de Industria y que tuvieron durante casi un mes al Gobierno en vilo, hasta la marcha del 1° de abril, donde sintieron que recuperaban la respiración. “En ese momento la oposición logró instalar la idea de que había conflictividad social, había marchas, piquetes, denunciaban represión -continúan-. Pero el 1° de abril todo se acabó, de golpe no pasó nada más, lo que demuestra que no había temas estructurales, que era un montaje”.
Se reabre la causa contra Arribas, que podría demandar al cambista brasileño Meirelles
En febrero estalló la denuncia sobre la renegociación de un juicio con el Grupo Macri por la fallida concesión del Correo, generando suspicacias sobre la relación del Presidente y los negocios de su familia. Ahora el espejo fue la declaración de Leonardo Meirelles, un cambista brasileño que aseguró haber hecho 10 giros por US$850.000 a Gustavo Arribas, el jefe de los espías y amigo del Presidente. Los fantasmas de las sospechas volvieron al ruedo.
En medio, esta semana el INDEC difundió los datos de abril: 2,6%, un rebote que sorprendió a los propios funcionarios, que venían pronosticando baja de inflación desde semanas atrás y se cruzaron con un alza. La economía volvió a meter la cola en el debate. “Pero más que si la inflación es más o menos alta, lo que pesa en el ánimo de la gente son las expectativas futuras”, dicen (esperanzados?) en los despachos más encumbrados de la Rosada, donde mantienen el optimismo.
El Gobierno cambió la pauta de inflación: ahora es del 20%
“Si la inflación da 2,3 o 2,6 por ciento es sólo una discusión del microclima, no de la mayoría de la gente -analizan-. Hoy el índice de precios no define la percepción sobre el presente y el futuro de la economía”.
En los despachos oficiales trabajan sobre un “índice de bienestar” que combina dos rubros: el bolsillo y el metro cuadrado. ¿Cómo es esto? El bolsillo es la capacidad adquisitiva de la gente. Y según el punto de vista del Gobierno, eso está mejorando hace tres meses, período en el que la suba de los salarios crecen más que la inflación, dicen. Encargan una encuesta cuya pregunta es “¿a usted le alcanza para cubrir los gastos de su casa?” En febrero, dicen, “fue el piso, el peor momento, pero ahora se recuperó”. El metro cuadrado es el área más cercana a cada persona, su ambiente más directo. Y ahí apuestan a las obras públicas, sobre todo a las de escala municipal. Ponen como ejemplo a seguir al intendente de Lanús, Néstor Grindetti, PRO puro, quien promete que todos los habitantes de su distrito tienen una obra en marcha a menos de dos cuadras de su casa.
Sin embargo, saben que la grieta política reina también aquí. “La mirada de la economía hoy está definida por la política”, aseguran. ¿Cómo es esto? En la Casa Rosada dicen que el país hoy se divide en dos planetas: “el 40% que no nos quiere nada y el 60% que quiere que nos vaya bien”. En el primer grupo, las encuestas muestran que siguen con temor a perder el empleo, que no registran las obras en marcha. En el segundo, en cambio, son los que “creen que este es el camino necesario y que estamos mejor”. El punto es que en febrero ese último grupo cayó un 10 por ciento: “nuestra propia gente entró en crisis”, explican. “Y ahora eso no está sucediendo”, añaden.
Inflación de abril: un salto que volvió a afectar el poder de compra de los salarios
Para sostener ese punto, sacan de los portafolios algunos cuadros. Uno, por ejemplo, elaborado por un banco privado, que dice que a principios de año sólo el 20% de los sectores económicos registraba algún tipo de recuperación, y que hoy ese índice llega al 60%. U otro firmado por el ministerio de Producción, que muestra que las ventas en cuotas (Ahora 3, Ahora 12, etc) llegaron a sumar $2.800 millones semanales, pero que en febrero cayeron a 1.000 millones. Y que la última semana llegaron a $2.068 millones.
El salario pierde frente a los alimentos pero gana contra autos, TV y pasajes aéreos
“En última instancia, los fantasmas eran que la economía explotaría y que el peronismo se juntaría, y que esa sería nuestra crisis. Pero ninguna de las dos cosas pasó”, añaden.
Se ufanan de que “enfrente no hay una idea superadora” y de que “en las elecciones nos va a ir muy bien”. Repasan a los competidores con saña. “Massa se comió la mitad de su capital político en 12 meses y quedó atrapado en la polarización: no es que nosotros la querramos, la sociedad es la que la genera”. “Randazzo es una bomba de humo, la gente no distingue a los ex kirchneristas por cuánto tiempo hace que se alejaron de Cristina”. “Lousteau cayó mucho en las encuestas y va a caer más aún, ya que en su equipo no tiene más ni a Lilita ni a Ocaña, y se quedó con sólo la mitad de la UCR”. “Cristina le dijo a los intendentes en el asado de la semana pasada (siempre hay alguno que viene y nos cuenta), que si ella se presentaba a la elección y ganaba y luego la economía no arrancaba, le iban a echar la culpa a ella. ¿qué tal?”.
Mauricio Macri ya está en Dubai y dio inicio a la gira por Asia en busca de inversiones
Aseguran que no tienen apuro en definir las listas de Capital, aún sólo integradas por Elisa Carrió. “No nos interesa el color de quien venga abajo, si es amarillo, Coalición o radical”, dicen como si fuera cierto. Añaden, más interesante, que no está cerrado que las listas bonaerenses estén integradas por Esteban Bullrich, Gladys González, Facundo Manes, Toti Flores y Graciela Ocaña, como le gustaría a María Eugenia Vidal. “Falta, veremos”, desdibujan. Y retrucan con más números económicos para marcar distancias del verano que sintieron que les pelaba la piel. “Te doy tres datos que se conocieron esta semana que muestran que la cosa mejora -concluyen, a metros del despacho presidencial-. El turismo privado creció 8%, signo de que Brasil empieza otra vez a traccionar; la apertura de la venta de cítricos a Brasil, que es más importante que la de EE.UU.; la creación de empleo privado, que en marzo fueron 34.000”. Y añaden fuertes expectativas por la posibilidad de que la gira de Macri por Oriente logre captar inversiones. “Las inversiones vendrán más de afuera que de adentro”, señalan.
Por todo esto, dicen en esos despachos, “mayo no es febrero, ahora estamos mejor parados”. Así se ve la realidad desde los balcones de la Casa Rosada. Sólo habrá que esperar que pasen los días para ver si tienen razón.
[ad_2]
Fuente