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Ernesto Sanz suele practicar el arte de magia para aparecer y desaparecer. El virtual ministro sin cartera regresó esta semana de un viaje a España para seguir la pista de su ancestros y se sumergió en la interna mendocina, pese a su promesa de marginarse de la rosca. Fue para cantar loas sobre el diputado Luis Petri, haciéndose eco de la pretensión de la Casa Rosada de impulsarlo a la reelección. Sucedió en la misma semana en que el presidente Mauricio Macri y del jefe de Gabinete, Marcos Peña, visitaron la provincia y comprobaron que el gobernador Alfredo Cornejo se resiste a aceptar imposiciones para el armado de las listas.
Con más del 60% de imagen positiva en las encuestas que se manejan en el Centro Cívico cuyano, Cornejo cree que tiene espaldas suficientes como para plebiscitar su gestión en octubre. Y ya le ofreció el primer lugar de la lista al intendente de Junín, Mario Abed, quien va por el cuarto mandato, pero no es muy conocido en el resto de la provincia. Es decir que el gobernador cargará la campaña sobre sus espaldas. Ya le dicen “el María Eugenia” de Cuyo. Después de todo, Mendoza es la provincia más importante en manos de Cambiemos detrás de Buenos Aires, con Vidal.
Hay otra similitud: las encuestas muestran a ambos gobernadores muy por encima de la imagen del Presidente. En Mendoza, Macri araña los 39 puntos. El gobernador se jacta de haberle impuesto a los docentes el presentismo en 2016 (le llama “ítem aula”) contra la opinión del Presidente de evitar conflictos en el primer tramo de la gestión.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, recorrió obras en la ciudad de Mendoza junto al gobernador Alfredo Cornejo, el fin de semana pasado.
Petri es uno de los pocos radicales que integra el círculo conocido como “Los ángeles de Macri”, dedicados a desfilar por los canales de TV para defender al Gobierno nacional a capa y espada. Pese a que pertenece al sector de Julio Cobos, en el macrismo quedaron encantados con su perfil de “mano dura”: es el autor del proyecto para prohibir las excarcelaciones por homicidios y violaciones.
Consultado anoche por Clarín, Cornejo no descartó la posibilidad de hacerle un lugar en la lista, aunque advirtió que “más que los nombres, lo importante es que los candidatos reflejen la buena imagen de la gestión provincial”. Y en ese sentido, cree que los intendentes oficialistas podrán aportar su llegada a la sociedad. De hecho, a Abed le reconoce la fluida relación con el sector rural, castigado por la crisis de las economías regionales y el atraso del dólar. Considera a Petri uno de los mejores legisladores por Mendoza, pero a la vez remarca que su cara es poco conocida a nivel local. El oficialismo aspira a obtener tres de las cinco bancas en juego para la Cámara baja y recuperar así la que se fue para Libres del Sur cuando Cobos pasó al Senado.
Con todo, la alternativa a Abed sería otro dirigente de presencia en el territorio, como alguno de los ministros de mayor exposición pública. Uno es Danilo Garay, de Gobierno, Trabajo y Justicia. El otro es Martín Kerchner, de Hacienda. Uno de ellos podría ser impulsado desde la Gobernación para la sucesión obligada de 2019. Cornejo ya descartó la pelea por la reelección, dado el rechazo peronista a facilitar los dos tercios en la Legislatura provincial para reformar la Constitución.
La disputa local resulta clave para el gobernador radical. Para mantener la ajustada mayoría en el Senado y lograr quórum propio en Diputados necesitaría alrededor del 50% de los votos en la elección que unificó para octubre. Es la razón por la que sólo habrá Cambiemos para cargos nacionales. En la provincial quiere repetir la alianza con el massismo y Libres del Sur, que le exigen a cambio que les habilite colectoras para colgar sus propia boleta nacional.
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