El Gobierno le suelta la mano a otra marcha a favor

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La administración de Mauricio Macri nunca creyó demasiado en el poder de las manifestaciones. El jefe de Gabinete Marcos Peña y los ministros que le responden no creen en el valor de las marchas y de la gente en la calle. “Jugamos otro juego o un juego con distintas reglas”, le supo decir a Clarín un integrante del Gabinete para referirse a algunas de las movilizaciones del peronismo, principal portador de ese capital simbólico. En el Gobierno emparentan esa práctica con los “aparatos” y la vieja política. Por esa razón (y en algunos casos por temor al fracaso) no apoyaron la marcha del #1A, que en rigor era a favor de la democracia, pero también un apoyo al liderazgo de Macri, jaqueado por esos días por marchas constantes y la sucesión de los errores no forzados de febrero. Sin embargo, avisaban en los días previos a abril, que si la marcha resultaba un éxito, sería imposible no subirse a él. Y así ocurrió, aunque el Jefe de Estado además de agradecer a los miles de manifestantes que se trasladaron sin colores partidarios, eligió fijarse en la ausencia de choripanes.

Desde hace semanas, algunos de los mismos organizadores del #1A inundan las redes con una convocatoria que apunta al Poder Judicial. El problema es que siguen sin ponerse de acuerdo. Entre las múltiples propuestas, dudan entre marchar este sábado o el feriado del jueves 25 de mayo. Los detractores del #25M apuntan a que se confundirán los tantos con la celebración patria, el Tedeum y hasta el partido de River por Copa Libertadores. Otro sector vinculado a los organizadores de las movilizaciones del #13S y el #8N piden ambos grupos más tiempo. Los pases de factura entre tuiteros siguen a la orden del día.

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El Gobierno, por su parte, ya eligió. No acompañará ninguna de las convocatorias. “No estamos involucrados en nada y sentimos que no tenemos mucho que ver; no es en apoyo al Gobierno”, señalan algunos de los encargados de monitorear las redes del oficialismo. En Balcarce 50 perjuran que el tema ni siquiera se discutió. “No les soltamos la mano, porque nunca se la dimos”, dijeron. Para este sábado, en cambio, convocan a un nuevo timbreo. “Son ejercicio de organización política, no es marketing”, suele decir Peña sobre ellos.

Entre el #1A y estos días tuvo lugar la masiva movilización en contra del fallo de la Corte Suprema que habilitó el 2×1 para represores y sentenciados por delitos de lesa humanidad. Algunas encuestas ajenas al oficialismo subrayaron que buena parte de esos miles de manifestantes responsabilizaron al Ejecutivo.

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Lejos quedó el consejo de Jaime Durán Barba días después del #1A. “La gente quiere participar. No quiere referentes que los convoquen ni que los dirijan”, enfatizó el consultor preferido del macrismo. Por esos días en el Ejecutivo insistían en que el Gobierno no llamaría ni prohibiría ninguna marcha afín aunque no la hubiera convocado. Esta vez, otra vez, se apuraron en despegarse definitivamente y sin dejar ninguna puerta abierta.

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