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Mauricio Macri cerró con un almuerzo en Houston ante buena parte de la crema del negocio petrolero mundial la primera etapa de su gira estadounidense, que tendrá hoy su cita más importante en un almuerzo con Donald Trump, la primera visita de un presidente argentino al salón oval de la Casa Blanca desde 2003, cuando Néstor Kirchner protagonizó una célebre foto en la que tocaba cariñosamente la pierna de George W. Bush. La cumbre bilateral está agendada para las 12.15 (hora argentina, una más que en Washington) y tendrá dos horas de duración.
Houston, Estados Unidos: El presidente Mauricio Macri y su comitiva, en la que se destacan las presencias de Paolo Rocca (Techint) y Miguel Ángel Gutierrez, se presentan y saludan a los inversores norteamericanos.Foto: Telam
En español, aunque con algunas frases en inglés para explicar a la audiencia algunos de sus chistes, Macri dio un discurso antes de que los mozos del club Houstonian dieran la orden de partida para comenzar un menú con ensalada de hojas verdes. Parado en un pequeño estrado de madera, con la bandera de Estados Unidos a su derecha y la argentina a su izquierda, Macri llamó a las empresas a invertir en el yacimiento de Vaca Muerta, en Neuquén. Los empresarios, que habían pagado entre US$ 5.000 y US$ 1.000 para convertirse en sponsors del evento y poder escucharlo, escucharon lo que querían escuchar. El Presidente les dijo: “Necesitamos que las mejores empresas vengan a la Argentina a desarrollar el potencial energético. YPF está buscando buenos socios para operar, pero si el socio quiere operar por sí mismo, que opere, acá van a trabajar empresas argentinas y extranjeras”. Macri se refería al desarrollo de Vaca Muerta, el yacimiento neuquino que, según aseguró más tarde a la prensa el ministro de Energía, Juan José Aranguren, recibirá este año entre 6.000 y 8.000 millones dólares en inversiones y llevará esa suma a los 21.000 millones anuales en 2021.
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En su discurso, Macri ponderó una y otra vez el convenio que firmaron las empresas con el sindicato petrolero en Vaca Muerta y mencionó por su nombre de pila a Guillermo Pereyra, el jefe del gremio, que lo escuchaba desde una de las veinte sillas de la mesa presidencial, puesta en el centro del salón de eventos de The Houstonian, en las afueras de la capital energética del mundo. Según el Gobierno, el convenio laboral de Vaca Muerta -a través del cual ya se pagaron los sueldos de marzo para los trabajadores de la zona- permitió reducir cerca de 25% los costos de la producción del gas no convencional.
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El Presidente dio una noticia que hizo sonreír a todos los petroleros que lo escuchaban. Dijo que firmará un decreto para bajar del 35% al 7% el arancel de importación de equipos usados para la exploración y extracción de gas y petróleo no convencional. Según explicaron a Clarín dos de los ejecutivos de empresas que ya están trabajando en Neuquén, con ese decreto se abrirá una oportunidad única para llevar a Vaca Muerta los equipos ociosos que salpican Texas desde la baja del precio del petróleo. Se calcula que cerca de la mitad del equipamiento para fracking -la técnica que se usa para sacar los recursos de la piedra neuquina- que se usó en Texas durante el auge del shale gas hoy está sin usar. La novedad dejó felices a quienes pagaron por el almuerzo de bife de lomo texano con papas y chauchas acompañado por malbec argentino y vino blanco espumante como el que suelen tomar en los restaurantes houstonianos aunque se espera que genere quejas de los proveedores argentinos de equipamiento.
Macri terminó su discurso con un brindis y una confesión. Dijo que había conocido Texas hace 38 años, cuando llegó para jugar al fútbol un campeonato organizado por la Universidad de Austin. El presidente dijo que fue autor de los dos goles de su equipo en la final de aquel torneo, pero admitió que no había conseguido pruebas documentales de esa hazaña. Los comensales -acaso entonados por las novedades que habían escuchado- eligieron creerle.
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