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“El presidente Donald J. Trump y la primera dama Melania Trump anhelan dar la bienvenida al presidente Mauricio Macri y la primera dama de Argentina, Juliana Awada, en la Casa Blanca, el 27 de abril de 2017”. De esta manera, ayer temprano, el gobierno de EE.UU. formalizó las conversaciones que se venían manteniendo sobre el viaje del mandatario a Washington DC.
Macri viajará con una reducida comitiva el miércoles 26 y se volverá apenas terminen las distintas actividades planeadas para el jueves 27. Irá con su esposa, con la canciller Susana Malcorra, con el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, y con el vocero presidencial Iván Pavlovsky.
La fecha fue la deseada por Macri desde el 15 de febrero pasado, cuando en una llamada por teléfono el magnate republicano lo invitó a visitarlo. Más allá de que entre ambos países surgieron temas comerciales inconvenientes para la Argentina, Macri quiso siempre posicionarse en EEUU con este viaje antes de la visita de Estado que hará a China a mediados de mayo, desde donde seguirá a Japón. Ambos presidentes se conocen desde los años ’80 y esta era la segunda conversación telefónica entre ambos desde que el republicano le ganó las elecciones a la demócrata Hillary Clinton en noviembre pasado, y en las que ubicó a la Argentina como uno de sus aliados en la región.
Con todo, los comunicados de ambos gobiernos sobre la misma visita tienen matices diferentes. “El presidente Trump y el Presidente Macri van a discutir los caminos para profundizar la asociación entre los Estados Unidos y Argentina. Los dos líderes van a intercambiar sus miradas sobre un rango de temas bilaterales y regionales, incluyendo la expansión del comercio, la cooperación en seguridad y el deterioro de la situación en Venezuela”, indicó el texto de la Casa Blanca.
El comunicado argentino que se difundió minutos después sostuvo sólo que ambos van a dialogar “sobre distintos temas de mutuo interés y hacer un repaso de todos los asuntos que conforman la agenda bilateral”. El documento argentino también señala que los presidentes van a mantener un almuerzo de trabajo.
Lo curioso además es que el martes, el ministro de Producción, Francisco Cabrera, mantuvo una conversación telefónica que anticipó Clarín con el secretario de Comercio de los Estados Unidos, Willbur Ross, y ambos decidieron que los temas comerciales no se traten en este viaje de Macri a DC, sino que queden en un paréntesis hasta la próxima reunión de la mesa de Dialogo Comercial entre EEUU y Argentina que va a tener lugar antes de junio. Cabrera planteó la preocupación argentina porque la Comisión de Comercio Internacional de ese país aceptó un pedido de una cámara empresaria que nuclea a los productores de biodiesel de EEUU para iniciar una investigación por la supuesta exportación de biocombustible desde la Argentina a precios de dumping. La pérdida de ese mercado sería una fuerte herida para el sector teniendo en cuenta que se trata de U$S 1200 millones por año.
Para el Gobierno también es central que Argentina vuelva a formar parte de los países que gozan del beneficio de sistema generalizado de preferencias por el que Estados Unidos baja o no cobra aranceles de importación en ciertos productos. Argentina fue excluida en el medio de los conflictos de la administración de Barack Obama y Cristina Kirchner
Ayer la ministra confirmó al Canal 3 de Rosario lo adelantado por Clarín: que Macri visitará el Congreso estadounidense donde se va entrevistar con distintos legisladores. Recientemente, la Cámara de Representantes (Diputados) aprobó una resolución en la que reafirma la importancia de la relación entre la Argentina y Estados Unidos y reconoce las reformas económicas de Macri. En Presidencia trabajan para un encuentro con empresarios de la Cámara de Comercio de EEUU, que tiene su contraparte aquí en la American Chamber (AmCham). También un encuentro con think tanks especializados en América Latina, y se trabaja en la entrega de una condecoración por parte de Macri al ex presidente Jimmy Carter por su trabajo en favor de los derechos humanos durante la última dictadura.
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