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En la zona del Chaltén, Santa Cruz, donde hoy los turistas se maravillan con la magia de la cordillera, se encuentra un punto estratégico que fue escenario de un sangriento enfrentamiento de tono bélico entre Argentina y Chile. Cincuenta y dos años después, este entrará en su capítulo final. Este jueves 27, Día Nacional del Carabinero en el país vecino, la presidente Michelle Bachelet recibirá de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich la bandera chilena que la Gendarmería nacional se llevó consigo tras aquel tiroteo entre las dos fuerzas nacionales que tuvo lugar el 6 de noviembre de 1965, y en el que murió un teniente chileno, desde entonces héroe nacional allí.
Fin de un trágico episodio con Chile
La antigua bandera chilena se encuentra desde aquel episodio en el museo del Edificio Centinela, de la Gendarmería Nacional. El año pasado, Bullrich y las fuerzas vecinas comenzaron un diálogo sobre la bandera, que será restituida a Santiago. Con la ministra viajan el director nacional de Gendarmería, Germán Otero y el director de Cooperación regional e Internacional de Seguridad, Gastón Schulmeister. “Este es un gesto político de fuerte amistad, que el presidente Macri aplaude y que muestra que Argentina y Chile tienen superados sus problemas”, dijo la ministra a Clarín.
Los conflictos por Laguna del Desierto (en la Argentina se utiliza la denominación Lago del Desierto) formaron parte de las varias tensiones fronterizas con Chile y comenzaron a crecer tras la segunda Guerra Mundial.
Aún hoy, la versión sobre el enfrentamiento de 1965 varía si la cuentan en Chile o en Argentina. Los vecinos dicen que fueron sólo cuatro carabineros que enfrentaron a 90 gendarmes argentinos, cuando aquí afirman que no eran más que 40. Del otro lado de la frontera afirman que el colono Domingo Sepúlveda fue al retén de carabineros de Lago O’Higgins denunciando que una patrulla argentina lo amenazó en su propiedad. Los argentinos dijeron que le pidieron que fuera hasta Río Gallegos para regularizar su situación.
Fin de un trágico episodio con Chile.
Lo cierto es que, con cartografía “equivocada”, el pequeño grupo de carabineros se apostó en Vega del Cóndor, pleno territorio argentino. Entonces la Gendarmería lo fue a retomar. En Argentina afirman que fue el teniente Hernán Merino Correa quien les salió al cruce a los gendarmes y disparó primero, provocando la respuesta argentina. En Chile llaman al episodio “el asesinato de Merino Correa”. El carabinero murió, Manrique quedó herido y fue detenido con los otros dos sobrevivientes.
Entonces, la Gendarmería, como tras un acto de guerra, arrió la bandera chilena izada en el puesto y alzó el pabellón nacional que flamea desde entonces en dicha zona de Laguna del Desierto. Y se llevó consigo la insignia chilena a Buenos Aires. El episodio tuvo sus secuelas. En Santiago de Chile apedrearon las oficinas de Aerolíneas Argentinas, quemaron la bandera nacional y protestaron frente a la embajada de nuestro país. Hubo otros episodios como el del vuelo provocador sobre un crucero argentino a la altura de Puerto Williams.
La historia cuenta también que unos 700 Carabineros estuvieron a la espera de una orden para atacar a las fuerzas argentinas en la zona. Pero nunca recibieron la luz verde. Por el contrario, gracias a la diplomacia de los presidentes Arturo Illia y Eduardo Frei Montalva, el episodio no escaló y por el contrario se enfrió. En 1978 llegaría el conflicto del Beagle que casi lleva a los dos países a la guerra.
Sería nada menos que el hijo de Frei Montalva, el ex presidente Eduardo Frei, quien en los años ’90 destrabó con el ex presidente Carlos Menem todos los conflictos limítrofes entre Chile y la Argentina, que generó otros roces pero sin fuegos.
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