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Una empresa especializada en recursos humanos, Bayton S.A, fue contratada por el Gobierno de los Kirchner para trabajar en un tramo crucial de las elecciones presidenciales del 2015. Tuvo a su cargo a las personas que ingresaron al sistema gubernamental los cálculos que llegaban al centro de cómputos en los telegramas que sumaban los votos depositados de las urnas en las que se sufragó en todo el país. El Estado K había contratado a Bayton a través del Correo Argentino. Clarín pudo saber, en base a fuentes judiciales, que existió otro lazo entre la familia ex presidencial y Bayton. Financiero, y en el ámbito privado. Antes, durante y después de los comicios del 2015, Bayton le pagó a los Kirchner por un servicio que está hoy bajo investigación judicial. La compañía le alquiló a los K dos de sus propiedades.
Según fuentes de la causa “Los Sauces” -una inmobiliaria de los Kirchner investigada como posible pantalla para lavar dinero de la corrupción-, Bayton rentó los inmuebles de las calles Chacabuco 86 y 88 de Río Gallegos, Santa Cruz, al administrador de la Sucesión que se abrió tras la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, es decir, su hijo mayor, Máximo.
La empresa Bayton alquiló sus oficinas del sur austral entre diciembre del 2015 y diciembre del 2016. Pagaron por su uso 325.055 pesos.
Mientras le cobraba alquiler a Bayton, Máximo Kirchner consiguió los votos en su provincia para ser elegido diputado nacional. Su tía, Alicia, también se alzó con una victoria electoral y hoy es gobernadora de Santa Cruz.
Los negocios que se hicieron en los últimos años con los bienes de la Sucesión de Néstor Kirchner fueron analizados por una interventora elegida por la Justicia.
El juez de la causa “Los Sauces” es Claudio Bonadio y el fiscal es Carlos Rívolo. La denunciante del caso fue la diputada Margarita Stolbizer (GEN), patrocinada por su abogada, Silvina Martínez.
Gracias a fuentes que investigan el caso “Los Sauces”, Clarín accedió al tercer informe que la doctora Raquel Josefina Moyano realizó sobre la economía de la Sucesión Néstor Kirchner.
La interventora cruzó “las facturas electrónicas” de los bienes de esa sucesión con las “locaciones” de sus “inmuebles”.
En esa enumeración, figura que Bayton S.A le alquiló a la ex familia K -los mismos que contrataron desde el Gobierno a esa empresa para las elecciones del 2015-, las dos propiedades de Río.
Con esta información, Clarín consultó a una de las denunciantes del caso “Los Sauces” para conocer su opinión al respecto.
La abogada Silvina Martínez aseguró, en tono irónico pero serio que “la familia Kirchner siempre tenía problemas con sus inquilinos. A los negocios incompatibles que surgen del alquiler de uno de los hoteles de la familia que concretó Aerolíneas Argentinas, se sumaron los alquileres sospechados de ser el pago de coimas por parte de empresas de Lázaro Báez y Cristóbal López. Ahora se agregan operaciones con una firma encargada de realizar una parte muy importante del proceso eleccionario”.
Martínez le adelantó a Clarín que junto a Stolbizer pedirán “que se amplíe la investigación” en la causa “Los Sauces” respecto al vínculo de los Kichner con Bayton. Ambas consideran que el alquiler de dos casas de los K pagada por esa firma podría ser considerado como delito: el de “negociaciones incompatibles con la función pública”.
En el informe de la interventora de la Sucesión de Néstor Kirchner, se especifica tambien que la inmobiliaria en la que trabajó Máximo Kirchner hasta ser diputado, ubicada en la calle Presidente Néstor Carlos Kirchner 496, en Río Gallegos, propiedad de la familia Kirchner, fue alquilada por los propios Kirchner. Sic.
La familia se pagó a sí misma por esa renta 554.180 pesos. Otra vez: Sic.
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