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“Nunca sentí el América Primero”. Mauricio Macri redujo al máximo posible con esa frase toda la impresión que le dejó su encuentro en la Casa Blanca con Donald Trump, en el que quedó claro que la sintonía personal entre los dos presidentes será la que marcará la relación entre los dos países. Trump había usado esa frase, América First, como su principal slogan en la campaña electoral y fue lo que hizo pensar al mundo que la economía estadounidense comenzaría a cerrarse luego de décadas de apertura.
Mauricio Macri: "La reunión con Donald Trump fue maravillosa"
Ayer, en un encuentro con periodistas en la residencia oficial en que se alojó en Washington, el Presidente explicó que en el encuentro que mantuvieron a solas en el Salón Oval y luego en el almuerzo con funcionarios de los dos gobiernos que mantuvieron en la Sala de Gabinete de la Casa Blanca, Trump mostró una y otra vez su interés en que “a la Argentina le vaya bien”. “Con Trump vimos que hay muchas posibilidades de cooperar entre los dos países. En todos los temas que falta resolver entre los dos países hay equipos trabajando”, abundó Macri.
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El día había arrancado para el Presidente con una recepción en la Casa Blanca que Trump convirtió en una oportunidad perfecta para desplegar su conocida personalidad histriónica. Lo recibió con abrazos, lo llamó “amigo”, dijo que esa amistad llevaba “muchos, muchos años” e incluso lo consideró su “mejor amigo”. Esa cercanía apareció como una cortés exageración para los funcionarios que acompañaron a Macri, pero a la vez indica que ningún otro presidente del mundo tiene una relación tan larga con Trump como el jefe del Estado argentino. ¿Ese dato puede convertirse en una ventaja para la Argentina? Macri cree que sí.
Tras la reunión a solas, Macri y Trump almorzaron con sus equipos. Por la Argentina, estuvieron el jefe de Gabinete, Marcos Peña; la canciller, Susana Malcorra; el ministro de Producción, Francisco Cabrera; el de Energía, Juan José Aranguren; y el Secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo.
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En esa mesa ampliada, se trataron algunos de los temas más difíciles de la agenda bilateral. Macri le explicó a Trump que la Argentina no subsidia la producción de biodiesel y que no incurre en prácticas de dumping -como sostienen los agricultores estadounidenses- y también sus funcionarios pidieron que se destrabe el ingreso de limones argentinos a Estados Unidos.
Los dos gobiernos acordaron seguir conversando sobre esas dos cuestiones a nivel ministerial. El Presidente también le pidió a Trump el apoyo estadounidense para que la Argentina consiga entrar en la OCDE, la organización que incluye a los países que producen un 80% del PBI mundial. “Trump se comprometió a pedir el ingreso de la Argentina a la OCDE”, aseguró Macri en ese punto.
En el comunicado oficial del encuentro se detalló también que Estados Unidos se comprometió a desclasificar parte de sus archivos que contienen datos sobre las violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura argentina y también se anunció un programa para facilitar la entrada a Estados Unidos de los viajeros frecuentes.
En otra de las estaciones de su agenda, una entrevista pública en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), Macri dijo que “la reunión con Macri fue maravillosa”. La descripción puso en alerta a los que lo escuchaban, que habían sido convocados por una entidad bipartidista pero con fuerte influencia de los dirigentes demócratas, irremediablemente enfrentados con el mandatario estadounidense.
“Ahora hay una gran atención en el mundo por lo que sucede en la Argentina. Es un desafío para nosotros. Yo había venido hace unos años a Estados Unidos y a nadie le importaba qué pasaba en la Argentina”, se explayó allí el Presidente.
La gira terminó con una última parada: una cena organizada por la Cámara de Comercio de Estados Unidos, a la que acudieron CEOS y representantes de todas las empresas de ese origen que trabajan en la Argentina. Frente a ellos, Macri repitió algo que se convirtió en un mantra de todo el viaje: el llamado a que las compañías inviertan en la Argentina.
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