Macri hizo anuncios en un acto peronista: "No me voy a bancar a ningún mafioso"

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Anuncios, citas a Juan Perón, arengas al “Sí, se puede”, globos -esta vez verdes, del partido Fe- y un tramo dedicado a la confrontación. Con clima de campaña y un discurso en ese tono, Mauricio Macri cerró el acto por el Día del Trabajador armado por Gerónimo Venegas con el sello de las 62 Organizaciones Peronistas en el microestadio de Ferro. Hubo palabras del Presidente con el objetivo de endulzar los oídos de los presentes aunque también exigencias y un fuerte desafío a los sectores con posiciones más duras del sindicalismo: “¡No voy a permitir a ninguno que nos lleve por delante! ¡La Argentina es de todos los argentinos!”, gritó Macri al final de su discurso.

En una jornada con múltiples actos para conmemorar el Día del Trabajador, la presencia prevista del Presidente en Ferro había calentado la previa con críticas a Venegas de otros referentes gremiales e incluso una amenaza anónima. Al caer la noche, el titular de la UATRE pareció redoblar la apuesta con palabras de elogio al Gobierno. “¡Esto es festejar el Día del Trabajador, con el Presidente y los ministros! Estamos en Cambiemos, porque éste es un proyecto que va a erradicar la pobreza. Se viene otro país, con pleno trabajo, pero también tenemos que aportar nosotros”, dijo Venegas, ya con Macri, Marcos Peña -jefe de Gabinete- y media docena de ministros sobre el escenario: Jorge Triaca (Trabajo), Guillermo Dietrich (Transporte), Patricia Bullrich (Seguridad), Ricardo Buryaile (Agroindustria), Andrés Ibarra (Modernización) y Sergio Bergman (Ambiente). También Fernando De Andreis -secretario General de la Presidencia- y el vicejefe de Gobierno porteño Diego Santilli. “Cualquiera va a decir que estamos en un acto peronista. ¡Viva el Presidente! ¡Vivan los ministros!”, cerró Venegas, sin poder calmar los cantitos y el griterío de unas 4.000 personas. Con una sonrisa y las manos en la cintura, Macri movía las caderas al ritmo de los bombos. En la tribuna estaba Carlos Pascual, más conocido como Tula. La marcha, eso sí, sonó antes de que llegara el jefe de Estado.

En su discurso, de 14 minutos, el Presidente arengó dos veces el “Sí, se puede” que quedó de la campaña anterior. “El trabajo nos ayuda a crecer, a progresar, nos da dignidad. Vamos a crear trabajo para todos los argentinos”, fue una de sus primeras frases con tono electoral, y luego enumeró medidas de Gobierno que consideró positivas para aumentar el empleo: el pago a los fondos buitre, “bajar la inflación”, el plan de infraestructura “más grande de la historia” y las leyes para Pymes y emprendedores. Enseguida encadenó el anuncio del llamado sistema de empalme: “Después de la crisis de 2001 quedó mucha gente excluida y había que darle una mano, pero esa mano iba a ser una transición y pasaron muchos años. ¿Qué decidimos? Que todos puedan entrar a trabajar sin perder el plan”. A partir de un decreto, que será publicado hoy en el Boletín Oficial, los beneficiarios de programas dependientes de los ministerios de Desarrollo Social y Trabajo podrán seguir cobrando a través de sus nuevos empleadores, para los que bajaría el costo del salario neto con el subsidio que se mantendría por 24 meses.

Por momentos, Macri buscó la comunicación directa con personas del público. Para comentar el triunfo de Boca. O para referirse a su encuentro con Donald Trump: “¿Saben de qué les hablé? De vos, de vos, de vos, de que son buena gente”. También tenía preparadas las dos frases de Perón que había citado otras veces: “La estrella polar de un país tiene que ser la productividad” y “cada argentino tiene que producir por lo menos lo mismo que consume”. Hubo ovación en el microestadio. “Con eso se volvieron locos”, se regodeó uno de los ministros.

La confrontación quedó para el final, también con tono elevado. “Es un momento donde necesitamos que todos se sienten en una mesa y digan en qué pueden ayudar y no qué se pueden llevar. ¡No va más el país de la ventajita, de la patota, de los comportamientos mafiosos! No hay dueños de la Argentina. ¡La Argentina es de todos los argentinos! ¡No voy a permitir a ninguno que nos lleve por delante!”, cerró Macri. “Fue para los grupos radicalizados del sindicalismo, de la política y otros factores de poder que no entienden el cambio o lo frenan para seguir atados a los privilegios”, coincidieron dos altos funcionarios que lo acompañaron en el escenario. Uno de ellos celebró la participación del Presidente en el acto, aun cuando se trató de una actividad a contramano del manual de campaña del macrismo: “Es importante para mostrar que hay un conjunto de gremios que nos apoyan y del otro lado una gran dispersión en la CGT”.

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