Comenzó la cosecha de frutillas en el Centro de Producción Hortícola de San Vicente 

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Mediante la incorporación de diferentes tecnologías y manejo sustentable logran en el Centro Hortícola de San Vicente una cosecha excepcional de frutillas.

Comenzó a pleno la cosecha de frutillas en el Centro de Producción y Validación de Tecnologías Hortícolas. Este cultivo forma parte de una planificación que puede ser también replicada en las chacras con diferentes frutos en semihidroponia.

Antes de la frutilla se han cosechado tomates, pimientos y melones, mientras que ya inició el cultivo de hojas en hidroponia.

Respecto de la frutilla el objetivo es duplicar el rendimiento promedio de 300/400 gramos por planta a 800-900 gramos. Para esta campaña se esperan cosechar unos siete mil kilos hasta octubre.

El centro cuenta con 8.000 plantas y gracias a las variedades cultivadas y las técnicas utilizadas algunas piezas logran hasta 70 gramos. Esto significa más calidad, mejor precio en el mercado y un producto que destaca.

Para alcanzar estos rendimientos se lleva adelante un manejo cuidadoso del cultivo, nutrición, fitosanidad, y tecnología aplicada. La semihidroponía es una técnica que optimiza el uso de agua y nutrientes en cada fase de crecimiento. Además, se utiliza el bioinsumo Mihoba para prevenir enfermedades, asegurando plantas sanas y productivas.

La cosecha comenzó con la variedad San Andreas de las que se espera continúen produciendo por tres años más. También están en etapa de cosecha la variedad Camarrosa, siendo plantines Frigo que pasaron por un proceso de inducción con frío durante seis meses para desarrollar su corona y acumular reservas, lo que estimula la brotación y floración.

La elección de cultivar la frutilla en semihidroponia se debe a su adaptabilidad a las condiciones de la provincia. Sin embargo, debido a la sensibilidad de sus flores y frutos a las heladas, se opta por producirlas en invernaderos.

En este sentido, esta técnica permite mejor control nutricional del cultivo, mayor producción y rendimiento por unidad de superficie, facilidad en las labores agrícolas, reducción de riesgos sanitarios y una mayor eficiencia en el uso del agua, con la posibilidad de recirculación del drenaje.