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1- Esta semana el programa de Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada (Retaa) lanzó las estimaciones sobre el uso de tecnología en la campaña fina 2016/17 ¿Qué se puede destacar de este informe?
Este trabajo de relevamiento de tecnología aplicada comenzó en la campaña 2010/11 y lo más importante que se observó este año fue el quiebre en la tendencia negativa que venía teniendo la adopción de tecnología en cultivos de trigo y cebada. El nivel de alta adopción aplicada seguía cayendo en los últimos años y se incrementaba la adopción de baja tecnología. Esta tendencia se revirtió. Los niveles de alta tecnología aumentaron y disminuyeron los de baja tecnología. Además, está retomando la agricultura de precisión y agricultura por ambiente. Esto se dio principalmente por el cambio en las reglas comerciales.
2-¿Qué abarca este concepto de tecnología?
Esto quiere decir que se obtienen datos de planteos promedios de cada región agrícola y engloba tanto a los insumos (semillas, fertilización y productos fitosanitarios) y al manejo aportado al cultivo (manejo de fechas de siembra, muestreo de suelos, adopción de siembra directa y monitoreo).
3- ¿Cuál era la tecnología que más había caído en su utilización?
El principal indicador que venía mostrando una caída fuerte era la fertilización. No solo había una merma en la cantidad de fertilizantes, sino que también disminuía el área fertilizada. Y en la última campaña fina hubo fertilizaciones y refertilizaciones durante el desarrollo del ciclo de los cultivos y en paralelo, hubo una mayor área fertilizada. También se vio una mayor inversión en los fungicidas. Se aplicaban productos más genéricos o formulaciones simples y actualmente hubo inversiones en mezclas dobles o triples, osea, productos premium.
4- ¿Tiene dato sobre este cambio?
En la campaña 2014/15, hablando de nutrientes y no de productos, el promedio de nitrógeno para trigo a nivel nacional era de 48 kilos por hectárea y esta año se incrementó un 15%, osea, se alcanzó 60 kilos de nitrógeno. En fósforo, el dato era de casi 12 kilos por hectárea en la 2014/15 y en el último ciclo fue un 8% más, llegando a las 12,8 kilos por hectárea. Y en cebada, el uso de fertilización nitrogenada tuvo un alza de un 16%, pasando de 58 kilos el ciclo previo a 68 kilos esta campaña. Un salto muy grande. Y en fósforo, el nivel se encontraba en 12,7 kilos y tuvo un alza alcanzando 14,8 kilos.
5-¿Y qué pasará con los granos estivales, principalmente en soja y maíz?
Por el momento no hacemos proyecciones porque no tenemos medido la campaña. Igual, esperamos que suceda lo mismo que con los cultivos de fina. Esta tendencia se va a replicar en la gruesa pero no sé en qué magnitud.
6-¿Cuál es el principal desafío que tiene la agricultura con respecto al uso de tecnología?
Hay muchos desafíos en la agricultura moderna. Pero el mayor es cuidar la tecnología que hay en el mercado y saber utilizarlas independientemente cuál sea. Hay que volver a la información y hacer un trabajo de difusión o educación por parte de las empresa que liberan las tecnologías.
7-Podría dar algún ejemplo…
En los últimos años surgieron muchas tecnologías en la cual se recostaron los productores, como fue el glifosato. La generación de malezas resistentes y tolerantes fue por un mal manejo. Este producto simplificó la producción habiendo un abuso y las consecuencias fueron negativas. En maíz también hay un tema muy importante. Relevamos el año pasado la utilización de refugios en el cereal para cuidar la tecnología Bt y los resultados fueron malos. Hay poca utilización. Y a su vez, venía creciendo el uso de insecticidas. Era contradictorio. Se hizo un mal manejo de la tecnología y hubo quiebres por parte de las plagas.
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