Por la hidrovía ya bajan 7 toneladas de granos y subproductos de Bolivia y Paraguay

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En el Mercosur se concentra una de las principales plataformas de producción de proteínas vegetales del mundo y una parte significativa de ese flujo se embarca y se exporta al mundo a través de la estratégica hidrovía del río Paraguay – Paraná, que atraviesa regiones de Brasil, Bolivia, Paraguay y la Argentina.

Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) precisa que en el 2016 bajaron unas 7 millones de toneladas de granos y subproductos paraguayos y bolivianos por la hidrovía. De ese total, 2.867.511 toneladas se embarcaron en el puerto uruguayo de Nueva Palmira, 3.364.611 toneladas se procesaron en las terminales del Gran Rosario y 852.733 toneladas desde el puerto oceánico de Bahía Blanca, en la provincia de Buenos Aires. La mayor parte de este flujo -más del 80% (5,7 millones de toneladas)- es soja y sus principales subproductos (harina y aceite).

En la actualidad, el 60% de los granos y subproductos que recorren la hidrovía desde Paraguay y Bolivia se embarcan en puertos argentinos (sobre todo los del Gran Rosario) y el 40% restante “salen” por el puerto de Nueva Palmira en Uruguay.

Las barcazas son fundamentales para atravesar las zonas con menos calado en el norte de la hidrovía.

Pero está previsto que aparezca un nuevo jugador en la logística portuaria de la hidrovía: la Terminal de Graneles TGM del Puerto de Montevideo. “En un futuro comenzaría a recibir granos por barcazas desde Paraguay, Bolivia y Brasil; la cual sería cargada en buques panamax y postpanamax. Es un emprendimiento de las firmas Christophersen e Hidrovía do Brasil”, señala el informe de la BCR, que elaboraron Julio Calzada, Patricia Bergero y Federico Di Yenno.

El rendimiento de carga de buques en esta terminal -precisa el informe- es de 1.200 toneladas por hora, con instalaciones para almacenaje y acondicionamiento de mercadería, puesto de atraque propio de 13 metros de profundidad (43 pies) y posibilidades de descarga ferroviaria y de barcazas.

El estudio de la Bolsa rosarina analiza también las diferencias entre los nodos portuarios de Nueva Palmira y del Gran Rosario.

El puerto uruguayo no tiene fábricas aceiteras y en el sur de Santa Fe, en cambio, se concentra uno de los complejos industriales oleaginosos más importantes del mundo, con más de 40 plantas y jugadores clave del negocio granario, como Cargill, Bunge, Cofco y Dreyfus. En esta situación influye el volumen de granos que produce la Argentina (tercer productor mundial de soja y primer exportador de harina ya aceite).

Pero los puertos uruguayos tienen dos ventajas: la primera es que operan con una gran eficiencia y bajos costos logísticos. Además tienen mayor calado, otro punto que favorece a Uruguay.

“Del Gran Rosario, por la profundidad del río Paraná (34 pies), los buques panamax o postpanamax no pueden salir completos. Tienen que ir a completar carga a Bahía Blanca o a los puertos brasileños. En Uruguay es factible salir con mayores niveles de carga. De allí que la operatoria desde Montevideo plantea la posibilidad de completar la carga de algunos buques de ultramar que vengan desde el Gran Rosario”, reconoce el informe.

La conclusión es que si bien existe una lógica competencia por el procesamiento de estas siete millones de toneladas de granos y subproductos paraguayos y bolivianos, también hay muy buenas posibilidades de complementación entre entre estos tres nodos portuarios del Gran Rosario, Nueva Palmira y Montevideo.

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