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Kosaka Kumiko, la monja japonesa de 42 años detenida y acusada por las violaciones en el Instituto Próvolo para nenes sordos de Mendoza, negó todos los cargos en su contra. Fue este martes, cuando declaró por segunda vez en los tribunales provinciales.
“Los niños mienten” y “son fantasiosas” fueron sus dichos sobre las denuncias de los chicos.
En su declaración, que duró casi diez horas, Kumiko también aseguró que las acusaciones “son imposibles y aberrantes”. Las frases, textuales, las citó el representante de la querella, Sergio Salinas, a la prensa mendocina.
El abogado destacó que si bien los psicólogos del cuerpo médico forense determinaron que los chicos dicen la verdad y que había signos de abusos sexuales reiterados, “estamos ante una persona que esta ejerciendo su derecho a defensa” y que rechaza pruebas de forma “poco sustanciosa”.
La monja ingresó a los tribunales minutos antes de las 10. No vestía los hábitos. Estaba de jogging y con un buzo con cierre. Entró esposada y declaró hasta cerca de las 20.30.
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Durante el cuarto intermedio, que arrancó a las 14 y duró hasta las 16, la religiosa fue increpada por una mujer que la esperó en los pasillos de los tribunales.
“No vas a tener perdón de Dios por lo que le hiciste a todos esos niños”, le gritó.
Con Kumiko, son seis los detenidos por los abusos sexuales cometidos en el Antonio Próvolo. También están en la cárcel los sacerdotes Horacio Corbacho, de 55 años, el italiano Nicolás Corradi (82) -tenía acusaciones similares en Verona, Italia, en los años 80 y fue trasladado a Mendoza-, el monaguillo Jorge Bordón (55), el ex empleado del instituto, José Luis Ojeda (41) -que también es sordo- y el jardinero Armando Gómez (46).
La religiosa Kosaka Kumiko declara por segunda vez (Delfo. Rod Rodriguez).
“Kumiko fue acusada por muchos niños víctimas y se espera que haya más gente detenida que estaba ligada al Próvolo desde el 2008 y que no investigó los abusos en su momento, o no hizo nada para prevenirlos con total dolo o conocimiento de lo que allí sucedía”, dijo Salinas a Télam.
La monja está detenida desde la semana pasada en la capital de Mendoza, imputada por el delito de “abuso sexual gravemente ultrajante cometido contra un menor” y por la “omisión del delito de abuso sexual con acceso carnal” agravado por ser “guarda” de la víctima y aprovechando la situación de “convivencia preexistente”.
El fiscal subrogante, Flavio D`amore, la acusó de tres hechos concretos: “haberle puesto un pañal para detener el sangrado a una nena abusada por Corbacho; haber mandado a una víctima a donde estaba Corbacho para que éste la abusar y participar de corrupción de menores y ver pornografía junto a Jorge Bordón”, otro de los imputados.
Sin embargo, el abogado de la querella dijo que “no son tres sino ocho los hechos que la comprometen dado que el tercer delito involucra a seis víctimas”.
Kumiko, nació en Japón y llegó a Argentina cuando tenía dos años junto a sus padres ya fallecidos. Tiene dos hermanos con los que no mantiene relación, uno vive en España y otro en Buenos Aires.
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