[ad_1]
El crecimiento de la laguna La Picasa, en el sur de Santa Fe, continúa agravándose y se proyecta que el corte total que afecta desde el 1° de marzo a la ruta nacional 7, clave para unir Buenos Aires con Mendoza, se mantenga al menos por una semana. Personal de Vialidad Nacional trabaja para apuntalar la traza, ante el riesgo de que la presión del agua socave terraplenes y deteriore el pavimento.
Mirá también
Cinco provincias en emergencia agropecuaria
La situación más crítica se observa entre los kilómetros 382 y 392. Hay desvíos en las localidades de Rufino y Diego de Alvear. Aunque la cinta asfáltica se mantiene en buenas condiciones, y se descargan 70 camiones con piedra por día para apuntalar las banquinas, el presidente del Comité de Cuenca de La Picasa, Juan Carlos Duhalde, explicó a Clarín que el nivel del agua creció 45 centímetros en los últimos 90 días y que hoy está a unos 15 o 20 centímetros del nivel del pavimento.
Pavimento. Temen que ceda por la presión del agua. LA TRIBUNA DEL SUR
“El tema va empeorando cada día”, advirtió. La banquina antes tenía un ancho de entre 2,5 y 3 metros. Aun con el apuntalamiento retrocedió a 1,5 metro. Pero además es intransitable por las piedras colocadas para contener el agua.
Los productores reclaman obras para elevar el nivel de los vertederos existentes aguas arriba, desde el sur de Córdoba hasta Santa Fe. Ese trabajo, que podría concluirse rápidamente, permitiría detener el ingreso de agua a la laguna y bajar el nivel.
Mirá también
La AFIP fijó un plan de facilidades de pago para deudas previsionales provinciales
“No podemos jugar con fuego. Junín, por ejemplo, está en la cota 76 y el agua en la laguna en 104,5. Si la laguna realmente llega a rebalsar, no sólo se romperá la ruta, sino que el desastre que se puede producir es de proporciones”, advirtió Duhalde.
Las persistentes lluvias que se iniciaron a fin del año pasado, y que provocaron inundaciones en Santa Fe y el norte de Buenos Aires, dejaron en una situación crítica a la laguna. En los últimos días continuaron las lluvias y la proyección histórica indica que en la zona suelen generarse fuertes tormentas entre abril y junio. El avance de las aguas provocó en 1999 la destrucción de la ruta 7. Los daños la mantuvieron inhabilitada por 8 años.
Laguna La Picasa, desbordada. Foto: gentileza Capital
La Picasa tiene una superficie de 300 kilómetros cuadrados, compartida entre el extremo sur de Santa Fe y el norte de Buenos Aires. Al ser una cuenca cerrada, sin conexión al mar, el escurrimiento de aguas es complejo. Son 46 mil hectáreas bajo el agua.
En 2006 se inició un trabajo de bombeo que permitió en 2007 reabrir la ruta 7 después de 8 años. Entonces se recuperó también el tramo de la vía del tren que atraviesa la laguna. De esa manera logró retomarse la operatoria de carga y el servicio de pasajeros. Durante una década el tren no pudo transitar por la altura que alcanzaron las aguas.
Mirá también
SanCor pidió ayuda, pero el Gobierno decidió no auxiliarla
Santa Fe plantea como alternativa un canal aliviador para la Picasa, pero las autoridades bonaerenses rechazan esa alternativa ante el temor de que se generen complicaciones en distintas localidades. Santa Fe ofrece que el manejo de la compuerta para habilitar o impedir el paso de agua lo maneje Buenos Aires.
Duhalde mantuvo la semana pasada una reunión con Pablo Bereciartúa, a cargo de la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación. Prometieron trabajar en el tema. Se espera que una reunión entre gobernadores de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, la semana próxima, permita avanzar en una solución para La Picasa.
[ad_2]
Source link