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Están separados por diez cuadras, pero la distancia es cada vez más grande. En Munro, los dos clubes involucrados en la pelea que terminó con la vida del DT de Unión de Munro, Fernando “Cucusa” Pereiras, están lejos de firmar la paz. Clarín visitó esta semana los dos clubes y fue testigo de un clima de tensión que no cede.
En Unión de Munro no quieren saber nada con su clásico rival y hablan de una herida abierta, más allá de lo que dictamine la justicia. “Esto va a llevar mucho tiempo, imaginate que murió una persona que era muy querida en el club”, dijeron en la puerta de entradas. Nadie quiere dar la cara o hablar de manera oficial. Pero todos apuntan a Sergio Baldauf, que había ido a ver a su sobrino y fue el que le dio el golpe a “Cucusa”, según el mismo admitió a la justicia. Se lo acusa de homicidio simple, con el agravante de que ocurrió durante un espectáculo deportivo. En el Industrial de Munro, en donde se produjo la pelea, esperan el dictamen de la justicia y también las sanciones deportivas de la liga. Hablan de que fue una fatalidad y niegan haber encubierto a Baldauf mientras estuvo prófugo. Pero por ahora no hay tregua. Hubo gestiones del municipio de Vicente López para acercar las partes, pero por ahora prefieren no intervenir. Y el mayor temor es qué sucederá en los próximos partidos entre ambos, ya sea en la categoría mayor o en las divisiones formativas. Según el informe del árbitro, Jonathan Javier Lemos, lo que sucedió ese día en el club fue “el peor acto de violencia en un encuentro de Futsal en mi vida”.
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