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El descubrimiento ha dejado perplejos y asombrados a los científicos: el espacio que hay entre el planeta Saturno y sus anillos parece estar “relativamente libre de polvo“, según las últimas observaciones de la sonda Cassini.
“La región entre los anillos y Saturno es aparentemente ‘el gran vacío'”, afirmó el director del proyecto Cassini, Earl Maize. Y agregó: “Cassini seguirá el curso, mientras que los científicos trabajan en el misterio de por qué el nivel de polvo es mucho menor de lo esperado”.
Earl Maize, director del proyeto Cassini (NASA/JPL-Caltech)
El descubrimiento astronómico se hizo a partir de los datos recopilados el pasado 26 de abril por Cassini durante su primera e histórica inmersión entre Saturno y sus anillos.
“Fue un poco desorientador, no estábamos escuchando lo que esperábamos escuchar”, dijo William Kurth, líder del equipo de RPWS en la Universidad de Iowa. “He escuchado nuestros datos de la primera inmersión varias veces y, probablemente, puedo contar con mis manos el número de partículas de polvo que oigo”.
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El RPWS (Cassini’s Radio and Plasma Wave Science) es uno de los instrumentos científicos con sensores incorporados en la antena. Cuando sus datos se convierten en audio, las partículas de polvo con las que chocan suenan como estallidos, sonido que los científicos esperaban oír. En su lugar, escucharon silbidos y chirridos.
Un ejemplo de esos estallidos ocurrió el 18 de diciembre de 2016, cuando la sonda espacial atravesó el polvoriento anillo Janus-Epimetheus (Ver ilustración). Fue durante la “253 órbita de Saturno de Cassini, conocida como REV 253”.
Los datos recopilados por la Radio and Plasma Wave Science (RPWS), comparando diciembre de 2016 -cuando la sonda atravesó el polvoriento anillo Janus-Epimetheus, con fuertes estallidos de sonidos- y el 26 de abril de 2017, con "el gran vacío" y sonidos débiles. (NASA/JPL-Caltech/University of Iowa)
De constatarse este nuevo hallazgo, como precisó la agencia internacional DPA, podría permitir a la sonda espacial realizar alguna de sus próximas 21 inmersiones entre el planeta y los anillos -cuatro de ellas pasarán por las franjas más internas de los anillos- sin utilizar su antena como escudo para protegerse de las partículas de polvo. Y, por lo tanto, no perdería contacto con la base espacial en la Tierra.
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El próximo 15 de septiembre, cuando se consuma el gran final, la sonda se sumergirá por última vez entre los anillos del planeta y se estrellará, controladamente, contra él.
Cuatro días antes realizará su último vuelo, bautizado como el “beso de despedida”, el cual orientará la nave hacia su desintegración en la atmósfera de Saturno. De esta manera, quieren evitar que termine chocando con Titán o con Encéfalo, el sexto satélite más grande Saturno, donde en 2014 se han descubierto potencial vida microbiana.
“Cassini-Huygens”, la cual no está tripulada, fue lanzada en 1997 y ha orbitado alrededor de Saturno desde 2004. La nave fue lanzada por un cohete Titán 4B y, con un peso de 5.670 kilogramos, viajó más de 3.500 millones de kilómetros.
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La semana pasada, retomó contacto tras sobrevivir a una peligrosa travesía sin precedentes entre Saturo y sus anillos, que ha dejado sin aliento. Los anillos están compuestos por innumerables partículas de hielo, cualquiera de las cuáles hubiera podido dañar la sonda.
Para ello se protegió con su gran antena que le sirvió como escudo, a costa de interrumpir sus comunicaciones. Pudo tomar fotografías con sus 12 instrumentos. Así, Cassini surcó el cielo 3.100 kilómetros por encima de las nubes de Saturno, en la mayor aproximación jamás lograda.
Como dijo días atrás la ingeniera Jo Pitesky, después de 13 años de órbitas de la sonda, “Saturno sigue sorprendiéndonos”.
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