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Sobre la calle Rivadavia, a la altura del centro de Olavarría, los parlantes de un local que vende accesorios para celulares vibran: “¡Un hermoso día el de hoy! ¡Ay, qué bello día el de hoy! Está para desatar nuestra tormenta que va a tronar por el dolor”, se escucha. Es parte de la letra de “El tesoro de los inocentes”, canción del primer disco solista de Indio Solari. En la fila del Banco Provincia, entre el grupo de adolescentes que cruza la plaza central de esta ciudad al mediodía y en la vereda de una carnicería asoman algunos vecinos con la remera del show que el ex cantante de Los Redondos dio en el predio La Colmena el sábado 11 de marzo, en el que murieron Juan Francisco Bulacio y Javier León. En la terminal de micros todavía se distribuyen los mapas preparados para esa ocasión: las hectáreas que ocupa el predio están resaltadas con rojo y dicen “Indio Solari”. En los kioskos céntricos quedaron algunos carteles con “Promociones ricoteras”: aún se consiguen “combos” de un sandwich de jamón y queso y una gaseosa de medio litro a 50 pesos. El recital fue hace algo más de dos semanas y, aunque nada interrumpe la siesta casi reglamentaria de esta ciudad de 111.000 habitantes, los incidentes de aquella noche siguen en la tapa de los diarios locales y en las charlas de los olavarrienses, que esta tarde esperaban la interpelación del Concejo Deliberante al intendente Ezequiel Galli.
Oscar Urrutia, vecino de Olavarría, cree que el intendente fue engañado.FOTO: FABIAN GASTIARENA/ ENVIADO ESPECIAL
“Creo que el intendente es una persona honesta y que se dejó llevar por la productora del evento, que fue la que estipuló qué cantidad de gente iba a haber, y después hubo el doble de público. Galli creyó que traía una fiesta a la ciudad”, opinó Oscar Urrutia, que tiene 36 años y es empleado en un hotel de Olavarría. Según su visión, “la interpelación es buena porque los funcionarios se sacan todas las dudas, pero no debería llegar a la destitución del intendente”. Marcia, que organiza los viajes de una remisería céntrica, sostuvo: “Cuando terminó toda la movida que trajo el recital a la ciudad, con mis hijas dijimos ‘Volvió la Olavarría de siempre: el embole’; a mí me pareció una enorme apuesta de la ciudad y creo que debería repetirse aunque tomando otras medidas de seguridad”. Marcia, de 45 años, fue al recital aunque en los accesos nadie le pidió que mostrara la entrada que había comprado: “La salida, como se vio en todos lados, fue un caos. Yo salí antes de ‘JiJiJi’ -la canción que los ricoteros convirtieron en himno y con la que Indio cierra sus recitales- pero un rato después era dificilísimo salir, te ahogabas”, describió. Para que Olavarría vuelva a organizar un evento masivo, reflexionó Marcia, “debería evitarse el desborde que hubo en la cantidad de público porque eso generó el gran desmán; a Galli le vendieron el buzón de que venía una cantidad y vino el doble, y aunque es responsable, creo que no van a destituirlo”.
Natalia Bravo, vecina de Olavarría, dice que le gustaría volver a tener un show grande en su ciudad. FOTO: FABIAN GASTIARENA/ ENVIADO ESPECIAL
El día del recital, Natalia Bravo atendió el puesto de sandwiches de carne que montó un amigo suyo. “Podría haber entrado al recital pero me asustó tanta cantidad de gente; a la salida estaban todos perdidos porque se armaban embudos en las salidas y la masa de gente te llevaba para cualquier lado”, dijo. “Fue un gran día: la gente estaba contenta, todos cantaban a pesar de la lluvia, estaban todos esperando vivir una fiesta. Pero no creo que vuelva a darse un show de esta masividad en Olavarría, aunque a mí me gustaría”, contó.
Omar Gallina está a favor de que se interpele al intendente, pero no de una eventual destitución.FOTO: FABIAN GASTIARENA/ ENVIADO ESPECIAL
Omar Gallina tiene 73 años y trabaja en la fábrica de pastas que su padre fundó en esta ciudad hace 74. Como vive al lado de una comisaría que no tiene línea telefónica saliente, prestó la suya para que decenas de chicos avisaran a sus casas que estaban bien. “Vino gente de todo el país y todos fueron muy educados. Creo que de los errores se aprende, y que lo que pasó sirve para pensar en que, al final de un evento tan masivo, hay que habilitar que se salga por todos lados, que no se generen embudos”, dijo, y agregó: “La interpelación a Galli es buena porque podrá hacer su descargo y evacuar dudas”.
Marcia cuenta que los visitantes que llegaron por el show del Indio a Olavarría fueron respetuosos.FOTO: FABIAN GASTIARENA/ ENVIADO ESPECIAL
Nora pasó a tomar un mate amargo con Marcia en la remisería. No quiere que vuelva a haber eventos tan masivos en Olavarría: “Yo puedo comprar alcohol hasta determinada hora y no puedo ponerme a vender cualquier cosa en un puesto improvisado, y sostengo esta ciudad con mis impuestos. Y resulta que por una semana acá cualquiera podía comprar alcohol a cualquier hora y ponerse a vender comida, bebida o una remera en cualquier lado, y no me parece que sea justo”, reflexionó. Durante la semana previa al recital, no hizo los trámites bancarios de la empresa para la que trabaja: “La ciudad estaba tomada y nos daba miedo que nos robaran plata; pero incluso los que estaban dados vuelta fueron respetuosos”, evaluó. Y recordó cuando, en 1997, el entonces intendente Helios Eseverri prohibió dos recitales de Los Redondos en esta ciudad: “Evidentemente, Olavarría no daba para algo tan grande”.
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