Un llamado de atención para los encargados de controlar el tránsito

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El fallo del Juez Olcese es inédito pero fundamentado. Siempre insistimos en el peligroso cocktail que se genera al sentirnos “omnipotentes”, creyendo que a nosotros nunca nos va a pasar, junto a la sensación de “impunidad” por la falta de controles y la laxitud de las condenas.

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En un país donde el tránsito está federalizado, la primera línea de control debe partir de los municipios para luego ascender a las provincias y a la Nación. El problema radica en que mayoritariamente los municipios carecen de suficiente personal de control vial, gestionan mal su logística, no están capacitados convenientemente y no tienen los elementos necesarios. Pero lo peor de todo es que, en general en el ámbito municipal, se carece de funcionarios idóneos en materia de tránsito y seguridad vial y además no cuentan con el apoyo político de los intendentes ya que la seguridad vial no es un tema altamente demandado por los vecinos.

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Tal vez este fallo, de sentar jurisprudencia y generalizarse, ayude a los municipios y a las provincias a poner las barbas en remojo ya que no podrán refugiarse en la trillada frase de “no podemos poner un policía atrás de cada conductor”, lo cual es cierto, pero van a tener que demostrar el nivel de esfuerzos que realizan para generar los controles.

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Los operativos de control son pocos, no siempre se realizan en el lugar y a la hora oportuna, principalmente los de alcoholemia, y los alcoholímetros muchas veces carecen de su certificado de calibración ya que faltan laboratorios que se ocupen de esta tarea. Por otro lado las caprichosas y antojadizas legislaciones provinciales y municipales terminan de confundir a todos con sus distintos valores de tolerancia. Justamente Córdoba es un ejemplo de ello. A la ridícula sanción de “tolerancia cero” en las rutas cordobesas (evidentemente jamás lo consultaron con un técnico) se contrapone la decisión de Córdoba Capital y más de cien municipios que mantuvieron los viejos niveles de alcoholemia vigentes anteriormente en Córdoba que además difieren de los valores de la ley nacional.

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Lo único claro es que, como ciudadanos, debemos saber que “no se debe tomar nada de alcohol si se va a conducir” y que las autoridades de control están para eso, para controlar.

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El Juez Olcese falló de esa forma en un caso de alcoholemia. Lo mismo podría darse por ser más evidente aún, con las muertes de motociclistas por falta de casco o por el exceso de personas transportadas. Va siendo hora de que cada uno, ciudadanos y autoridades hagamos lo que tenemos que hacer.

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