En Townsville, Los Pumas estuvieron a segundos de lograr una victoria clave en el Rugby Championship, pero la insistencia de los Wallabies y la indisciplina argentina terminaron sellando el 28-24 final.
Los Pumas vivieron una noche agridulce en Townsville, Queensland, donde dejaron escapar una oportunidad inmejorable de consolidarse como candidatos al título del Rugby Championship.
El seleccionado argentino había dominado a Australia durante buena parte del encuentro, pero un cierre lleno de imprecisiones y penales terminó inclinando la balanza en favor de los locales, que ganaron 28-24 en la tercera fecha del certamen.
El equipo de Felipe Contepomi mostró su mejor versión en el primer tiempo. Con juego asociado, precisión en los backs y rucks veloces, Argentina logró dos tries de gran factura: primero Bautista Delguy tras una acción iniciada por Santiago Chocobares y Juan Cruz Mallía, y luego Mateo Carreras, culminando una jugada colectiva en la que participaron Lucio y Santiago Carreras. A eso se sumaron penales convertidos por Santiago Carreras para estirar la ventaja. El parcial de 21-7 hacía ilusionar con un triunfo resonante.
Sin embargo, en la segunda parte el partido cambió de rumbo. Los Wallabies apostaron al vértigo, y Joseph-Aukuso Sua’ali’i, figura del encuentro, se encargó de vulnerar la defensa argentina con dos tries que devolvieron a Australia a la pelea. A pesar de eso, un penal de Mallía a poco del final parecía sentenciar la historia en favor de Los Pumas.
Con el reloj cumplido, la indisciplina jugó en contra: el equipo argentino cometió nueve penales en el complemento (12 en total), el último de ellos el más costoso. Australia eligió no patear a los palos, buscó el line-out y tras varios minutos de presión encontró el try definitivo en manos de Angus Bell.
La falta de experiencia en varios nombres que debutaban en el certamen y, sobre todo, la ansiedad en los momentos decisivos, fueron determinantes. Contepomi planteó un equipo con varios jugadores jóvenes y en el cierre terminaron en cancha debutantes como Gerónimo Prisciantelli, Boris Wenger, Francisco Coria Marchetti, Agustín Moyano y Benjamín Elizalde.
Aun así, Argentina tuvo pasajes de rugby de alto vuelo. El scrum fue una plataforma confiable y, cuando lograron mantener la disciplina y serenidad, dominaron a un rival que llegaba golpeado tras derrotas previas. Sin embargo, el exceso de riesgos en ataque y la imposibilidad de cerrar el partido en campo rival los condenaron.
El árbitro neozelandés Paul Williams también fue protagonista, con decisiones discutidas que generaron fastidio en el plantel argentino, recordando antecedentes recientes en los que su arbitraje había resultado polémico.
La derrota duele porque Los Pumas estuvieron adelante en el marcador durante casi todo el encuentro: 21-7 en el descanso y 24-21 a un minuto del final. El único instante en que estuvieron abajo fue en la jugada definitiva, que decretó la caída.
Con cinco puntos en la tabla y todavía chances de pelear por el título, Argentina deberá aprender a manejar mejor los tiempos de partido si quiere dar el salto definitivo en el rugby internacional. La próxima fecha será clave para medir si este traspié sirve como aprendizaje o si se convierte en un retroceso en su ambición por conquistar el Rugby Championship.