El drama de estar preso en Venezuela: hacinamiento, hambre y muerte

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En las cárceles y comisarías o calabozos policiales de Venezuela viven el drama de la falta de comida y medicamentos con más rigor y angustia que el resto de los habitantes, al extremo de que los presos se comen entre ellos -hubo tres casos- o prefieren morir de hambre -10 casos- para no caer en el canibalismo. Humberto Prado, director de la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), presentó ayer su informe anual 2016 en el que destaca, por primera vez en el país, que los presos se están muriendo por desnutrición, por hambruna y canibalismo. Y acusa al Estado y al régimen de Nicolás Maduro de ser los responsables del infierno carcelario.

La radiografía que presenta Prado de los penales y centros de reclusión es aterradora y espeluznante. La situación es peor en los calabozos o comisarías policiales que en las cárceles comunes.

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En los calabozos policiales o de detención preventiva hay detenidos con más de 4 años tras las rejas esperando un cupo para ser trasladados a una cárcel común. Su capacidad es de 8.000 detenidos pero su población es de 33.000 personas, por lo que el hacinamiento es de 412% y el 72% de los detenidos presenta sarna y el 18% afecciones pulmonares. Solo el 10% no tiene problemas de salud.

En las comisarías policiales atestadas de detenidos no se suministran alimentos. Todo depende de los familiares que envían bolsas de comida preparada: “Muchos comparten su comida por una vez o dos veces pero no siempre porque entonces no alcanza para todos”, dice Prado.

Las comisarías están dominadas por grupos mafiosos que imponen su ley de la selva. “El que se porte mal o se robe la comida de su compañero lo decapitan y se comen su cuerpo de forma frita o asada. Tres detenidos fueron víctimas de canibalismo: dos en el estado Lara y uno en Táchira”, afirmó Prada. La OVP registró también 10 detenidos que murieron por desnutrición. “En Venezuela no hay pena de muerte pero el hambre mata a los presos si no se les da comida y eso es responsabilidad del Estado venezolano. No es posible que un preso ingrese con 80 kilos y en poco tiempo pese 40 kilos”, alerta Prado.

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En cuanto a las 44 penitenciarías que existen en el país se han convertido en depósitos con una población de 54.738 presos, de los cuales 39.012 están procesados y 15.293 penados. El 71% está a la espera de juicio con mucha dilación procesal.

Desde hace 6 años existe un Ministerio de Prisiones, dirigido por la ministra Iris Varela, a la que le han criticado su falta de eficacia en resolver el problema carcelario. El presupuesto ministerial se va en pagar la pesada nómina burocrática de 14 divisiones que no ayudan a mejorar las condiciones de reclusión. “Los presos están comiendo un cable (nada)”, dice Prado. El presupuesto oficial para la comida de los presos es de 11,15 bolívares (0.01 céntimos de dólar) por día cuando lo requerido es de 32.000 bolívares diarios, dice Prado.

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